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Por Marcelo Cafferata

La historia se presenta, en un inicio, en forma simple: Jota está de mudanza y sus amigos de toda la vida intentan brindarle su ayuda para embalar y acompañarlo en la despedida de su departamento.  Pero mientras esperan a que llegue, Tone y Soda entablan un diálogo en el que dejan entrever que están planeando algo vinculado con su falta de éxito en sus vínculos amorosos con mujeres.

En ese diálogo, en el que a veces cuesta la sinceridad porque todavía quedan muchos preconceptos por demoler, se animan a coquetear, aún cada uno con sus limitaciones, con la idea de poder probar algo diferente. Ambos se plantean la posibilidad de tener sexo con Jota, el amigo gay del grupo, y hacer una especie de trío. La propuesta imaginaria no solamente es sumamente arriesgada y pone en jaque a sus propias masculinidades sino que además ambos deberán lidiar con su propia ambigüedad a la hora de plantear la propuesta abiertamente.

SEX TOY”, de esta manera, comienza a profundizar e indagar sobre las inseguridades propias y ajenas, los rótulos y encasillamientos que todavía pesan a la hora de las elecciones sexuales. El texto de Francisco Ortiz (que también en la obra interpreta a Jota) explora sobre las barreras que aún nos quedan por derribar a pesar de todas las conquistas, los avances y la construcción de una nueva mirada plural, inclusiva y fuera de toda discriminación que avanzó socialmente en los últimos tiempos.

El texto de Ortiz se divide claramente en dos mitades: esta primera en donde hay ciertos cuestionamientos a un modelo de masculinidad que estamos dejando atrás, con algunos pensamientos de los amigos de Jota que todavía responden a arquetipos que estamos tratando de deconstruir. La segunda parte de la obra arranca a partir de la irrupción de la madre de Jota en el departamento impidiendo que toda la fantasía sexual programada pueda realizarse.

En esta segunda parte, el torbellino en escena que es el personaje de Killian (la madre de Jota) a cargo de una acertada y divertidísima composición de Silvia Kalfaian que gana desde la primer pisada escénica toda la complicidad de los espectadores, presenta al mismo tiempo la posibilidad de poner en escena los momentos más disparatados pero también de reflexionar sobre el impacto que provoca la  revelación de la sexualidad de un hijo para una madre absorbente y controladora.

Uno de los puntos fuertes de “SEX TOY” es que toma el tema con mucho humor, se presta al juego del doble sentido y de contraponer pensamientos más arcaicos con los nuevos movimientos que vivimos cotidianamente y que impulsan estos nuevos cambios y evita, en la mayor parte de la obra, cualquier formalismo, “bajada de línea” o sentencias condenatorias y la dirección de Patricio Azor, va precisamente en ese sentido.

Si bien en la primer parte las actuaciones de Sebastián Dartayete y Federico Donofrio son correctas, a partir de la aparición de Kalfaian la obra se dinamiza, se potencia e inclusive permite una mejor versión de Francisco Ortiz en su papel de Jota, necesitado de la aprobación de su madre y de poder revelar su verdad y vivir con mayor libertad.

Azor conduce un equipo que conforma una propuesta ideal para un domingo por la tarde en ese espacio ya entrañable que es El Método Kairós, para divertirse con el ritmo de comedia pero también para invitar a la reflexión y a ver qué parte de nosotros mismos todavía es necesario seguir modificando.

“SEX TOY”

De Francisco Ortiz

Dirección Patricio Azor

Con Silvia Kalfaian / Francisco Ortiz / Sebastián Dartayete y Federico Donofrio

Domingos 18:00 horas

El Método Kairós Teatro –  El Salvador 4530  – C.A.B.A.

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