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Por Marcelo Cafferata

Apenas iniciada la sesión del Dr. Américo del Ceibo (Diego Reinhold), un reconocido psiquiatra que propone una terapia en forma masiva en el contexto de un gran teatro,  una señora grita desde la platea que le han robado la cartera. Le han robado todo: el dinero, documentos importantes, tarjetas de crédito, documentación, hasta cosas que tenía guardada en la nube, perdió absolutamente todo, ha quedado completamente quebrada, financiera y emocionalmente.

Cuando se saca su tapado, vemos que viste un tailleur celeste con una blusa blanca y a medida que avance la sesión, y los datos que vaya develando sobre su historia y sus vivencias, harán que ya no nos queden dudas de que se trata de nuestro propio país, pidiéndole auxilio a este terapeuta, algo falto de vocación pero que ha encontrado la manera de responder a los mandatos familiares de su afamado padre, un prestigioso psiquiatra que le ha puesto una enorme presión sobre sus espaldas.

Argentina irá relatando sus problemas con la madre (nuestra madre Patria), el complejo vínculo con sus padres / padrastros –que incluso llegó a tener cinco tutores en una misma semana-, las eternas repeticiones de las que parece quedar atrapada en un círculo vicioso del que no puede salir, los  relatos de sus crisis e irá mostrando su cambiante personalidad de acuerdo con el tutor que dirija su destino.

El texto de Marcelo Cotton tiene, en manos de Daniel Casablanca y Diego Reinhold (junto con la directora Guadalupe Bervih) una notable versión. Queda absolutamente demostrado que en momentos políticos tan complejos y difíciles como el que estamos atravesando, cuando aparece una mirada inteligente, mordaz y jugando siempre con el fino sentido de la ironía, es posible hacer humor con absolutamente cualquier tema y ése es precisamente el gran desafío de “ARGENTINA AL DIVÁN” frente a un estreno en los tiempos que corren.

Se nota –y mucho- que el equipo ha trabajado fuertemente en cada uno de los cuadros en los que se divide el espectáculo, elaborando un texto que permite que todos y cada uno de los espectadores puedan sentirse reflejados sin que haga falta apelar a nombres propios ni a dar ejemplos particulares, sin pararse desde ningún punto de vista partidario ni apelar a lo panfletario. Por el contrario, han elegido las palabras exactas, los símbolos, las situaciones icónicas que hace que sin nombrar nada en forma explícita, todos sepamos las cosas de las que el espectáculo quiere hablar: porque nos tocan de cerca y porque las conocemos perfectamente bien, sin necesidad de mayores referencias. Jugando entonces con el inconsciente colectivo, con los rasgos propios de nuestra idiosincrasia y con esa argentinidad que nos pinta de cuerpo entero, el equipo Casablanca – Reinhold – Bervih,  construye un espectáculo veloz, divertido, reflexivo y que logra hablar de todo lo que nos pasa sin perder nunca de vista la sonrisa y la carcajada, que nos permiten llegar aún más lejos.

Con diseño de arte de Analía Morales (con escenografía de Marcos Aquistapace y vestuario a cargo de Jorge Maselli), completamente funcionales a la propuesta, donde también el equipo ha demostrado creatividad, originalidad y síntesis, el espectáculo va recorriendo diferentes momentos de la vida de nuestro país que le permiten reflejar las principales crisis sociales y económicas desde la revolución de mayo o las invasiones inglesas, hasta el regreso de la democracia, los frívolos ’90 y los helicópteros, cacerolazos y corralitos.

El texto les propone a Reinhold y Casablanca un ámbito lúdico que ambos, cada uno en su estilo, saben aprovechar al máximo. Reinhold tiene un doctorado en juegos de palabras y vuelve a brillar en su zona de comedia más precisa: su conexión con la platea en los momentos que rompe la cuarta pared es directa y efectiva, haciendo gala de todo su oficio.

Daniel Casablanca está sencillamente perfecto: tonos de voz, miradas, inflexiones, su plasticidad para el humor físico y un histrionismo propio de los grandes capocómicos, recorre cada uno de los momentos del show sin perder el tono hilarante y el timing preciso dentro de las facetas de su personaje.

Un juego al estilo Monopoly comprando y vendiendo todos los recursos posibles y pagando con una maquinita que emite billetes, pone a Casablanca-Reinhold frente a frente, logrando uno de los mejores momentos del show. Pero habrá puntos todavía más altos: un “diálogo” participativo con la platea con algunos de los slogans y propagandas que nos han atravesado por generaciones y un medley donde un puñado entrañable de canciones que nos identifican como sociedad, les permiten contar una historia enhebrando varios fragmentos de esas canciones que son “una que sepamos todos”  construyendo uno de los momentos más creativos y logrados del espectáculo.

ARGENTINA AL DIVAN

De Marcelo Cotton, versión libre de Daniel Casablanca, Diego Reinhold y Guadalupe Bervih

Con Daniel Casablanca y Diego Reinhold

Dirección: Guadalupe Bervih

ND TEATRO  – Paraguay 918 – CABA – Viernes y Sábados 20.30 hs.

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