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Por Marcelo Cafferata

UNA MUERTE COMPARTIDA“ es, en principio, el relato de un regreso al pueblo y al entorno familiar. Ese lugar del que se ha perdido contacto, pero al que se debe regresar por diferentes razones y volver a enfrentar los fantasmas del pasado y las tensiones propias del presente.


Marcos vuelve al pueblo tras la muerte de Laura por razones que todavía no encuentran explicación y su presencia cambia el giro de las versiones oficiales. Su madre Nora, sigue dolida por la pérdida y no encuentra consuelo ni puede aceptar todo lo ocurrido.


Durante la primera parte, la dramaturgia se encarga de hacer una detallada presentación de los personajes, en donde todo parece girar en torno al dolor de esa madre frente a la pérdida de una de sus hijas. Rígida, controladora y poco afectiva, a través de ella se describe un entorno familiar en donde parecen estar en entrampados algunos secretos y donde ese silencio no deja fluir los vínculos.

Sobre la figura de su hermana, estudiante, de magisterio, giran las historias de dos hombres del pueblo, que poco a poco irán teniendo una implicancia mucho más fuerte en la trama.


UNA MUERTE COMPARTIDA“ tiene, al inicio, una estructura episódica que luego, a medida que se vaya armando el rompecabezas que propone el autor, todo irá cobrando otro sentido, con lo cual es importante ir teniendo en cuenta cada uno de los detalles y las pistas que se van desarrollando en la primera parte, que serán fundamentales cuando se comience a redondear el final.

Así como Lorena Romanín en “Azul y la Navidad“ o Matías Vitali en “Reprogramación“ habían tratado las historias de estos personajes que vuelven al pueblo con un notable cambio que no es fácil de aceptar -sobre todo teniendo en cuenta la estructura de un pueblo chico, donde se está esperando develar esos secretos a voces-, la dramaturgia de Paolo Giuliano propone trabajar sobre un ambiente de violencia y discriminación, sobre la fuerte estigmatización frente a lo diferente y la dificultad que presentan los personajes, en distintos planos, para aceptar la diversidad y la diferencia.

Giuliano maneja una puesta que apunta a lo costumbrista en toda la primera parte para ir desplegando el conflicto, con absoluta contundencia, en el tramo final de la obra.

 
Patricia Rozas construye con convicción a esa madre preocupada por lo que diga el pueblo y por cumplir con una imagen en tanto Sergio Janusas, sobre todo en la segunda parte de la obra, lleva sobre sus espaldas el conflicto de la obra con un personaje como Marcos, que atraviesa un fuerte momento de cambio y busca la aceptación dentro de ese entorno familiar expulsivo.

Facundo Salomón compone un típico hombre de pueblo a quien dota de mucha ternura y que luego, con un total cambio de registro, muestra su costado más oscuro. Completan el elenco Laura Correa y Luciano Diani conformando un sólido equipo dirigido por Giuliano.



UNA MUERTE COMPARTIDA” vuelve a reflexionar sobre los secretos familiares y el peso de los mandatos e invita a pensar(se) en una sociedad más justa, más inclusiva y más libre.


“UNA MUERTE COMPARTIDA”

Escrita y dirigida por: Paolo Giuliano

Con Patricia Rozas – Sergio Janusas – Facundo Salomón – Laura Correa y Luciano Diani

TEATRO EL TINGLADO – Mario Bravo 948 – Funciones viernes 10/05 a las 22.15 – Sábados de Junio a las 22.30 horas.

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