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Por Marcelo Cafferata

La nueva propuesta de Adrián Suar como productor teatral, “FELICIDADES”, tiene sus localidades completamente agotadas desde la primera función de esta temporada. No solamente tiene un elenco de cinco primeras figuras convocantes para el público masivo que resulta un gran atractivo para tentarse con la propuesta, sino que además la historia –que tiene un ritmo de comedia completamente arrollador al mismo tiempo que permite una reflexión sobre las mentiras y las apariencias en los tiempos que corren- está firmada por uno de los dramaturgos más creativos del teatro nacional. Mariano Pensotti ha deslumbrado con esa búsqueda de un lenguaje teatral diferente, que sorprenda al espectador y que presente una puesta en escena novedosa y singular.

Desde “Sucio” y “El pasado es un animal grotesco” hasta las más recientes exploraciones con “El público” o “Los años”, pasando por textos memorables como “Arde brillante en los bosques de la noche” o “Cuando vuelva a casa voy a ser otro”, Pensotti siempre explora a través de su dramaturgia, diferentes formas de expresión a las que les suma particulares puestas en escena donde la escenografía y el entrecruzamiento con otros elementos de las artes visuales, cumplen un rol fundamental, además de tener siempre a mano alguna referencia literaria para producir esa mixtura entre teatro, cine, performance y literatura.

FELICIDADES” es una enorme sorpresa también en este aspecto: Pensotti ha logrado el justo equilibrio entre un producto perfectamente comercial, ideal para impactar en la cartelera de la calle Corrientes, que al mismo tiempo es fiel a su estilo y que no implica ningún tipo de renunciamientos a sus marcas de autor. Con gran pericia, Pensotti construye una comedia en apariencia veloz, hilarante y liviana pero que esconde una certera reflexión sobre las imposiciones sociales, los mandatos familiares y esa imperiosa necesidad de mostrarse exitoso/s y perfecto/s a pesar de todo.

Todo comienza en el lujoso departamento de la pareja de abogados que componen Felicitas (Griselda Siciliani) y Julián (Adrián Suar). Torpezas de Julián mediante, Felicitas decide mandar un mensaje al grupo de amigos suspendiendo su festejo de cumpleaños, para alejarse de todo el ruido festivo y hablar seriamente con su marido de la crisis de pareja que están viviendo. Para abonar al tono desopilante de la propuesta, llegan al departamento su compañera del colegio secundario, Ayelén,  con quien hace más de 20 años que no se ve (Jorgelina Aruzzi) junto con Pichón, actor y productor con aires de Miami y un típico estereotipo de chongo. Pronto se suma Ricardo (Peto Menahem) un médium que la agencia de animaciones ha enviado por error, reemplazando al doble de Arjona, que Julián contrata anualmente a pesar de que Felicitas, ya le ha aclarado más de una vez que odia ese tipo de música.

Elevando más el delirio, Ricardo iniciará la comunicación con los espíritus del más allá y rápidamente Mecha, la posesiva madre de Felicitas que sigue omnipresente en el departamento que era de ella y que actualmente ocupa la pareja, encarna en el cuerpo de Felicitas y exige, de una manera u otra, que cada uno de los participantes devele sus secretos y cuente sus verdades más ocultas: la comedia física, absurda y plena de ironías ya está servida!

Sumémosle a esto que el departamento, si alguno de los personajes falta a la verdad, empieza a achicarse, como atrapándolos en sus propias falsedades (impactante escenografía a cargo de Mariana Tirantte, creadora del Grupo Marea junto a Pensotti) generando no solo un entorno asfixiante y peligroso sino casi obligándolos a “vomitar” sus verdades frente al grupo de amigos. Aquí es donde la puesta despliega un arsenal de efectos técnicos que funcionan a la perfección y que sorprenden a la platea, generando un efecto completamente novedoso e inusual para una propuesta de comedia comercial de estas características.

FELICIDADES” es una de esas comedias que exige a sus actores no solamente poner el cuerpo y una entrega total, sino que necesita de un timing exacto y preciso, sin el cual todo los resortes de las carcajadas y el ritmo desenfrenado, no funcionaría. Allí es cuando la dirección de Daniel Veronese ha marcado una vez más la diferencia y ha logrado que los cinco protagonistas, respetando el estilo particular de cada uno de ellos, hayan logrado mostrar su mejor versión para ser funcionales a la comedia.

Adrián Suar y Benjamín Vicuña encuentran el tono justo e irradian todo su carisma para una platea que ansía verlos en escena. Peto Menahem construye un Ricardo completamente delirante y su frescura y espontaneidad hace que inclusive sus propios compañeros disfruten de este personaje tan particular (e inclusive se tienten disimuladamente con sus ocurrencias en escena).

Jorgelina Aruzzi hace gala de su carisma de capo cómica y tiene esa facilidad para hacer brotar su máscara cercana a una Niní Marshall pero condimentada de momentos más “zarpados” que parecen salidos de las primeras performances de las Gambas al Ajillo. Aruzzi sabe desplegar distintos tonos de humor al construir su personaje y acierta hábilmente en cada uno de ellos.

De todos modos la gran estrella de la noche es Griselda Siciliani. Después de un gran recorrido en grandes producciones teatrales (además de su consolidado éxito televisivo) y demostrar su gran ductilidad en su último trabajo “Pura Sangre” se entrega a esta Felicitas, incluso poseída por su madre, que le exige atravesar diferentes matices y hasta jugar a un doble rol, que maneja a la perfección.

FELICIDADES” se transforma así, en una de las propuestas más completas y efectivas de la cartelera actual de la calle Corrientes que vale la pena disfrutar.

FELICIDADES

Texto y puesta en escena: Mariano Pensotti

Dirección: Daniel Veronese

Escenografía: Mariana Tirantte

Iluminación: Matías Sendón  – Música: Diego Vainer

Con: Griselda Siciliani – Adrián Suar – Jorgelina Aruzzi – Peto Menahem y Benjamín Vicuña.

TEATRO EL NACIONAL – Avda. Corrientes 960 – Funciones de jueves a domingos

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