Tiempo de lectura: 3 minutos

Por Marcelo Cafferata

Hay varias novelas, obras de teatro y muchísimas películas en donde la presencia de Jack el destripador cobra un protagonismo indiscutible. Mucho se ha construido alrededor de esta historia y de este personaje, habiéndole dado una celebridad y hasta un aire de reconocimiento a un verdadero asesino de prostitutas de fines del siglo XIX.

Pero poco se ha escrito sobre la historia de las cinco mujeres que murieron asesinadas en sus manos, quienes quedaron prácticamente en el anonimato, arrasadas por la popularidad que Jack fue ganando como leyenda, como mito, como la figura recordada de la historia, generando su popularidad y construyendo una figura casi ficcional y mítica sobre un personaje al cual debiese haberse repudiado profundamente, habiendo quitado sus vidas en una forma completamente aleatoria y casi por capricho.

Desde este punto de vista se construye “LAS OLVIDADAS DE JACK”, un musical escrito “a varias manos” por Sebastián Suñé, Felicitas Oliden, Juan Pablo Schapira, Rodrigo Loria y la propia directora, Corina Fiorillo: como una forma de dar voz, en clave de humor a pesar del clima tenebroso y hostil de esa Londres victoriana signada por la miseria,  a esas mujeres que perdieron la vida en manos de un asesino serial.

Lo más interesante de la propuesta no es conocer con precisión quienes eran Mary Ann Nichols (alias Polly), Annie, Elizabeth, Catherine o Mary Jane  en particular, sino comenzar a visibilizar a esas cinco prostitutas que murieron en el barrio de Whitechapel en medio de la pobreza, el alcoholismo y la promiscuidad. Poder dar vida a esas mujeres que murieron destripadas en manos de un monstruo suelto por esas calles lúgubres y desiertas, les devuelve de alguna manera su dignidad y su espacio: las saca del olvido y les da una presencia para que puedan contar la historia desde su propio punto de vista, dejando sin nombrar a ese ser siniestro que nunca debiese haber quedado inscripto en la historia como si sus actos hubiesen sido heroicos.

Es entonces cuando “LAS OLVIDADAS DE JACK” cobra un verdadero sentido de compromiso con el presente y se entrama con las historias de violencias de todo tipo –incluida la violencia de género- y en donde una vez más las voces de las víctimas son acalladas por el sistema y por los mandatos patriarcales. Parece no haber tanta distancia  entre esa sociedad victoriana que las señala y las acusa, que coarta su libertad individual y colectiva con este presente en el que algunos derechos todavía se siguen militando porque no fluyen naturalmente, donde todavía hay un camino de diferencias por trabajar y donde una muerte parece no tener ningún valor (donde se siguen registrando más de 250 víctimas de violencia de género anualmente en nuestro país).

Ellas también traen consigo el estigma de ser mujeres, carenciadas, pobres, vulnerables, sin recursos. Víctimas que el propio sistema hoy sigue revictimizando, oprimiendo y en donde el Estado sigue pareciendo ser el eterno ausente.

La historia es de por sí atractiva pero tanto el enfoque que brinda el texto como las grandes actuaciones son los que captan totalmente la atención del espectador. Cinco talentosas actrices del musical, que han brillado en adaptaciones de Broadway en Buenos Aires, en espectáculos independientes y con trayectorias  consolidadas logran, cada una en su estilo, cinco composiciones formidables.

Todas tienen un gran lucimiento y con sólo ver algunas de sus creaciones más recientes, se puede admirar la ductilidad que tiene cada una de ellas para componer personajes completamente diferentes. Silvana Tomé (la dulce veterinaria de “Come From Away”), Belén Pasqualini (que juega con la guía turística en la puesta de “Benito de la Boca” en el Teatro de la Ribera), Alejandra Perlusky (a quien recientemente vimos en “Consentimiento” o la Sally Bowles de “Sally, una farsa”), Laura Silva (quien brilla tanto en los infantiles como “Saltimbanquis” o “Huesito Caracú” como en grandes producciones como “Drácula”) e Iride Mockert (desde “Turba” a “Mujeres en el baño” o en “Pequeña Pamela”) componen a las cinco víctimas, cada una con su propia historia y su tono particular que aporta justamente esa diversidad de miradas y personalidades para una mirada coral muy equilibrada.

El hecho de que está escrita en equipo por tantas “manos” hace que algunas ideas queden superpuestas o la puesta tenga momentos algo imprecisos pero es simplemente un detalle frente a todo el talento de estas cinco actrices y cantantes increíbles puesto en escena.

LAS OLVIDADAS DE JACK” encuentra en la historia de cada una de las víctimas la forma de instalar una temática tan actual expresada en un formato original, a través de las canciones, con mucho humor y desenfreno con un mensaje potente, contundente y certero: se puede cambiar la historia.

“LAS OLVIDADAS DE JACK”

De Corina Fiorillo, Rodrigo Loria, Felicitas Oliden, Sebastián Suñé y Juan Pablo Schapira

Dirigida por Corina Fiorillo

Dirección Musical: Juan Pablo Schapira

Con Iride Mockert, Belén Pasqualini, Alejandra Perlusky, Silvana Tomé y Laura Silva

TEATRO DEL PUEBLO – Lavalle 3636 – Martes 21 horas

Compartir en: