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Por Marcelo Cafferata

ICE MERCHANTS

de João Gonzalez

Lugares

Llega al BAFICI uno de los cortometrajes animados nominados al Oscar (y que injustamente no se ha llevado la estatuilla frente a un ganador que no tiene ni el lirismo ni el arte de este corto) que se presenta como una gran contracara de aquella figura del padre que mostraba Ruben Östlund en “Fuerza Mayor”.

Por el contrario, el corto de Gonzalez define, en medio de una gran desolación acompañada de un paisaje nevado y completamente inhóspito, el entrañable vínculo de un padre con su hijo pequeño, que en lo alto de la montaña fabrican hielo y día a día bajan al pueblo para venderlo.

Con una técnica de animación tradicional (trazos simples y colores básicos), sin diálogos y con una preciosa música que sirve de sostén de para ir contando la historia, “ICE MERCHANTS” detalla ese cotidiano devenir de padre-hijo en una casa enclavada en lo alto de una montaña de hielo y los acompaña en sus rutinas y en su intimidad familiar.

Gonzalez trabajará con un doble mensaje: por un lado este vínculo fraternal que logra describir tan precisamente con tan sólo presentarlos en algunos de momentos cotidianos compartidos. La sencillez de los trazos y los pequeños rituales que se suceden día a día, nos van permitiendo conocerlos y encariñarnos con los personajes. Por el otro, sin perder el tono de fábula y de alegoría, mostrarnos el impacto del calentamiento global de nuestro planeta.

Sin caer ni en el dramatismo ni estacionarse en el dolor, con una enorme sensibilidad y calidez, la historia hablará de las pérdidas, el núcleo central de la familia, el amor filial y de nuestra propia fragilidad y vulnerabilidad para este trabajo que ya fue Premiado en la Semana de la Crítica de Cannes.

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