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Por Marcelo Cafferata

Con una vasta trayectoria en el terreno del documental, Ulises de la Orden (“Rio Arriba” “Desierto Verde” y la más reciente “Nueva Mente”) condensa unas 530 horas de archivo histórico para reflejar en un documento único de casi tres horas de duración -que se transitan rápidamente aunque con una angustia y un dolor enormes- dando testimonio sobre uno de los juicios más importantes en la historia reciente de América Latina, aportando imágenes completamente inéditas.

Recientemente y con gran éxito, Santiago Mitre pone en la piel de Darín y Peter Lanzani en “Argentina, 1985” a las verdaderas figuras protagónicas de este histórico juicio a las Juntas, los fiscales Julio César Strassera y Luis Moreno Ocampo, quienes llevaron a cabo la tarea de acusar a nueve  dirigentes de la dictadura (Videla / Massera / Agosti / Viola / Lamburschini / Galtieri / Amaya / Lami Dozo y Graffigna) con una causa iniciada en 1984 y con el posterior juicio, que este documental registra, el que se extendió desde abril a diciembre de 1985.

De la Orden divide al relato en 18 capítulos (entre los que podemos encontrar a “Feroz, clandestina y cobarde”, “Nos iremos al Infierno”, “Estrictamente patrimonial”, “Ni siquiera ciudadanos”, “Naciones Unidas”, “La promesa”, “Los cuerpos” o “Nunca más”, entre otros) para mostrar el compendio de aberraciones cometidos por el terrorismo de Estado que aún ante la flagrante evidencia no ha sido capaz de reconocer ninguno de sus excesos.

Si bien la edición trata de sopesar todo lo acontecido y no dar relevancia en particular a ninguno de los testimonios, a través de los diferentes relatos en primera persona, duele volver a escuchar con lujo de detalles las sesiones de tortura, las violaciones indiscriminadas, la apropiación de las criaturas nacidas en cautiverio, el particular maltrato ejercido sobre las prisioneras embarazadas, las humillaciones y las vejaciones de todo tipo a las que han sido sometidos tanto los que pudieron dar testimonio como sus compañeros, los que no han podido sobrevivir y forman parte de los miles de ciudadanos que han desaparecido a partir de los centros clandestinos distribuidos por todo el país y fundamentalmente de la prisión mantenida en secreto  en la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA).

Los fragmentos elegidos no solamente exponen en dolor de padres, madres y familiares de las víctimas sino también de las propias víctimas que pueden poner voz a esos momentos vividos en cautiverio. Por otra parte, la cámara registra la impunidad con la que se manejan abogados y acusados no aceptando la autoridad del tribunal y que, inclusive, siguen planteando “chicanas legales” y negando cualquiera de los hechos ocurridos, disfrazándolos con su propia mirada sobre la situación, hasta con un dejo de burla e ironía.

Con el común denominador del desprecio generalizado por la vida humana y el abuso institucional desde el aparato del Estado, Ulises de la Orden pone la edición al servicio de volver a escuchar los testimonios que construyen ese sentido. Apoyado en el dolor de cada uno de los testigos, el documental gira sobre ese centro poniendo en valor sus historias de vida y, por contraposición, mostrando el desborde y el exceso cometidos en miles de casos individuales.

Son tantas las situaciones particulares presentadas, que se aclara ya desde un primer momento que ¨sólo” se tratarán 709 de estos casos, testimonios vivientes de uno de los genocidios históricos más importantes. La gran mayoría de los testimonios no tiene rostro, sólo la potencia de su voz guardando el anonimato y al ver sus gestos, su voz quebrada, su conmoción, se siente a flor de piel el desgarro, la impotencia, la humillación y la vejación que han vivido cada uno de ellos desde los diferentes lugares en los que le ha tocado padecer esta historia.

Se agradece a De la Orden un trabajo intenso y dedicado como éste, que justamente celebrando los 40 años del regreso a la democracia, “EL JUICIO” se convierte en uno de esos documentales absolutamente necesarios, tanto para las generaciones que lo han vivido como de aquellas más jóvenes para las que este documental es documento esencial y vital para continuar la construcción de nuestro estado de derecho, sin permitirnos olvidar nada de lo que nos ha sucedido y poder seguir ejerciendo una Memoria Activa donde el NUNCA MAS siga llevándose como bandera grabada a fuego en la memoria colectiva de todo nuestro pueblo.

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