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Por Marcelo Cafferata

Su premiere en Broadway fue en 2015 y a partir de ese momento se convirtió en un suceso que fue creciendo con el boca a boca. Evan Hansen es claramente un outsider: un adolescente con trastornos de ansiedad que parece no encajar en su contexto y que finalmente encuentra, a través de un hecho trágico en el que se ve indirectamente involucrado, la posibilidad de ser no solamente aceptado socialmente, sino también de ganar popularidad y de contar con una valoración positiva entre sus compañeros.

Aún cuando el musical pueda sonar por momentos muy “Broadway” en su estructura y en su discurso con algunas claras y directas “bajadas de línea”, la historia cuenta con una intensidad emocional tal, que fácilmente captura la atención de la platea y uno se deja llevar desde los primeros acordes con la fragilidad que muestran los personajes. Porque no solamente Evan sufre, sino que “QUERIDO EVAN HANSEN” va develando en diferentes capas y con distintas intensidades el dolor por el que atraviesan cada uno de ellos: desde  la discriminación, el bullying y la no pertenencia hasta una madre que hace esfuerzos sobrehumanos para poder criar a su hijo sola y darle todo lo mejor, o una familiar completa que debe rearmarse para atravesar un momento tan duro como es el duelo de un ser querido. 

Pero el crecimiento de la popularidad de Evan está construido a partir de una omisión –o más directamente de una mentira- y ese es el peso moral que deberá sostener para no perder ese nuevo lugar que ha ganado en su microcosmos. El libro de Steven Levenson sabe trabajar con precisión esa tensión instalada entre seguir construyendo un cambio sobre las bases de un engaño del que por momentos todo parece salirse de control, o resignar todos esos espacios ganados sobre los cuales la vida de Evan, comienza a tener cierto viso de normalidad.

Levenson aprovecha a hablar del impacto que tienen en nuestra vidas las redes sociales, la posibilidad de multiplicar una noticia (aún las “fake news”) y la rápida viralización de un hecho a través de las redes, las instantaneidad de cada momento y como esto puede ser usado positivamente o en forma negativa en nuestras vidas.

Las canciones de Benj Pasek y Justin Paul (a quienes conocemos además por películas como “La La Land” o “El gran Showman”) tienen ese tono de balada dulce que acompaña el discurso edificante que “QUERIDO EVAN HANSEN” quiere construir. No hay grandes hits como sucede en otros musicales, pero sí canciones que van enhebrando la historia y a través de las cuales los personajes expresan sus sensaciones y lo que les está sucediendo. Cuenta, si, con un par de temas que se van repitiendo a lo largo de la obra que son el leit motiv de este musical como “Te encontrarán / You will be found” y “Para Siempre / For Forever” con los que uno ineludiblemente sale tarareando de la sala.

Después de un gran trabajo en “Regreso en Patagonia”, Sebastián Irigo vuelve a construir una puesta de alto nivel. No solamente desde los rubros técnicos que son sencillamente perfectos (el segmento donde se van viralizando los videos de Evan y aparecen en pantalla los mensajes grabado por grandes artistas es sencillamente impecable) sino que también logra armar un equipo muy homogéneo desde el elenco.

Quizás el libro de Levenson deposite en los roles de las madres (Julia Zenko como la madre de Evan y Laura Conforte como la madre de su amigo Connor) una figuras demasiado arquetípicas y por momentos sus diálogos parezcan demasiado subrayados pero ambas logran darle cuerpo a los personajes menos agraciados dentro de la dramaturgia, impactando con su enorme talento vocal y con el sentimiento que ponen en cada canción. Como el padre de Connor, Fabio Aste logra sorprender amalgamándose al ensamble vocal y luciéndose en los momentos más duros de su personaje.

La nota de humor la pone Mariano Condoluci (quien lo haya visto por ejemplo en “La Desgracia” sabe de su enorme desparpajo y sentido de la comedia) como el amigo zarpado de Evan, sin pelos en la lengua y Mariel Percossi que completa el trío que conforma el “Proyecto Connor”. Connor está a cargo de Guido Balzaretti (también encargado de la adaptación local) con una potente presencia en escena y el  papel de Zoe (hermana de Connor y de quien Evan está perdidamente enamorado) recae en Rochi Hernández con una voz hermosamente dulce y el tono natural que le imprime a su personaje.

Pero nada de toda esta perfección funcionaría si no es por la naturalidad, la entrega y el talento vocal de Máximo Meyer (“Casi Normales” “Una vez en la vida”) en el papel de Evan. No es suficiente expresarlo en palabras, hay que sentarse en la butaca del Metropolitan y admirarlo porque el trabajo que hace es absolutamente impresionante, coronando un elenco perfecto.

QUERIDO EVAN HANSEN” es un pedacito de Broadway en calle Corrientes. Imperdible!

QUERIDO EVAN HANSEN

Libro: Steven Levenson

Canciones: Benj PAsek – Justin Paul

Dirección General: Sebastián Irigo

Dirección Musical: Tomás Mayer Wolf

Con: Máximo Meyer – Julia Zenko – Laura Conforte – Fabio Aste – Guido Balzaretti – Rochi Hernández – Mariano Condolucci – Mariel Percossi

TEATRO METROPOLITAN – Avda. Corrientes 1343  –  Funciones de Jueves a Domingo

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