Por Marcelo Cafferata
Si bien “REVERSO” se estrena dentro del circuito comercial en el Paseo La Plaza y cuenta con un elenco que el público en general puede identificarlo con sus trabajos televisivos, lo que propone la dramaturgia de Matías Feldman es una idea totalmente innovadora y requiere de un espectador dispuesto a entregarse a una propuesta exigente como plantea la obra.
Un matrimonio está a punto de cenar cuando de repente (y sin saber cómo han entrado) aparecen en el living de su casa, una pareja de amigos. Poco a poco irán desanudando algunos datos y sabremos que son los antiguos socios con los que ella compartía una galería de arte y recordarán juntos algunos de sus últimos momentos, en un viaje de trabajo a Nueva York y como si ella no lo supiese, le recuerdan que a partir de la disolución de la sociedad, ellos han descubierto el amor y ahora son pareja.
Ella parece no recordar algunos de los datos importantes que van apareciendo en el relato a lo que se suma la presencia de su marido que también luce desorientado y coopera con la confusión general. Todo comienza a enrarecerse más aún cuando la escena (con algunas alteraciones) se repite y vuelve a suceder una vez más. Otro dato de color que contribuye a ir enrareciendo el ambiente y llenarlo de ambigüedad, es la existencia de una hermana de ella que ahora se autopercibe varón, que irrumpirá un poco más tarde en escena instalando el descontrol general.
La protagonista luce un vestido celeste, clásico acampanado, que remite casi directamente al universo de Lewis Carroll y su “Alicia en el país de las maravillas” referencia que durante la obra se hará en forma más explícita y la dramaturgia tomará la locura de este tipo de relatos, como si el sombrerero loco portador de las ideas más delirantes hubiese invadido la escena por completo.
La dramaturgia de Feldman escapa a cualquier convención y toma todos los riesgos posibles para hablar de las vidas inventadas versus las vidas reales, camuflando detrás de un aparente delirio y sinsentido en el que se zambulle el texto, una crítica feroz al mundo de las redes y las vidas irreales basadas exclusivamente en contactos virtuales y personas que uno ni conoce. Trabaja sobre las posibilidades de crear metaversos y esas ficciones paralelas que terminan pareciendo verdaderas, poniendo el acento de la mirada en un mundo dominado por el avance y la invasión de la tecnología.
Esconderse en una representación ficcional que se vive a través de un avatar en vez de vincularse con el mundo real, la cantidad de información que se maneja encriptada en archivos jpg o en un pdf, o sencillamente el hábito de conversar a través de gifs, stickers y emojis, presentan nuevas formas de lenguaje y del mundo de las comunicaciones que ha evolucionado tan rápidamente que hoy contamos con nuevos elementos a disposición y sin embargo la sensación de alienación y soledad es cada vez más grande.
“REVERSO” habla de ese mundo que nos inventamos para escapar de algo que no podemos sostener en nuestra vida real, una forma de fuga para no enfrentar lo doloroso o ponerle el cuerpo a nuestros propios duelos. Encuentra en esta fantasía casi alucinatoria y disparatada, una forma potente para reflexionar y hacer jugar al espectador con otros universos posibles.
Por momentos, la pluma de Federman es desbordante y plantea demasiados temas al mismo tiempo, como si tuviese una necesidad de poner “toda la carne al asador” y genera ciertas situaciones donde uno se abruma con tanta información y tantas señales que se deben decodificar a alta velocidad para no perder el ritmo de la obra.
Quizás lo más placentero sea entregarse al juego de la mano de una Carla Peterson que le pone el cuerpo a una criatura completamente diferente a sus últimos trabajos y brilla en un papel no solamente exigente desde la entrega física y corporal sino con un texto complejo y con situaciones que debe resolver en el escenario con una entrega al 100%. Desde la naturalidad a la marcada exageración, de los movimientos robóticos a una plasticidad total, el trabajo de Peterson es increíble y hace que gran parte de que la propuesta de “REVERSO” funcione y dé en la tecla, desplegando un fino mecanismo de relojería que construye con la excelencia de su trabajo.
Pero no está sola en el escenario sino rodeada de un elenco que ha entendido perfectamente cómo jugar con el absurdo sin miedo al ridículo, rompiendo todos los esquemas. Marco Antonio Caponi y Diego Cremonesi se destacan dentro del ritmo feroz que propone la obra y por su parte, Emilia Claudeville y Nicolás García Hume completan un elenco absolutamente sólido y homogéneo que dejan todo en escena para apropiarse de este universo de pura realidad virtual que se confunde con la vida real.
Pero hay algo en esa criatura desbocada y excesiva que brinda Juan Isola, que genera que su presencia en escena sea completamente magnética. Tras su paso por “Las ciencias naturales” o “La traducción”, Isola se destaca junto a Carla Peterson marcando una diferencia dentro de un elenco de primer nivel y compone un personaje tan extravagante como inolvidable.
Sobre el final, Federman lanza las últimas piezas para que cierre el rompecabezas y podamos comprender las razones que desencadenaron todo lo que hemos visto. Y es así como “REVERSO”, en nuestra cabeza, vuelve a empezar.
REVERSO
Dramaturgia y dirección: Matías Feldman
Con: Carla Peterson, Marco Antonio Caponi, Juan Isola, Diego Cremonesi, Nicolás García Hume y Emilia Claudeville
PASEO LA PLAZA – Avenida Corrientes 1660 – Viernes 21.30 hs, Sábados 19.30 hs, Domingos 21 hs