Por Marcelo Cafferata
Provenientes de la Patagonia, no hay dudas de que los directores Luciano Nacci y Axel Emilien saben a la perfección lo que quieren poner en pantalla como un fuerte grito de auxilio y un llamado de atención a las conciencias sobre lo que muchas veces, desde otros puntos del país, no se llega a ver.
“TORMENTA DE FUEGO, incendios en la Patagonia” parte del registro de lo ocurrido a partir de un incendio registrado en Marzo de 2021 en la zona de Chubut, que ha sido el incendio periurbano más grande de Latinoamérica.
Muchas veces los documentales tratan de delinear el retrato de un personaje famoso, otras veces tienen tintes más pedagógicos desarrollando un tema y aportando una buena cantidad de información, algunas otras veces se construyen como relatos periodísticos sobre ciertos hechos sobresalientes que han acontecido. En este caso, Nacci y Emilien apuntan a la fuerza que aportan los testimonios de quienes han sido directamente damnificados por estos incendios y que cuentan la sensación de haber perdido absolutamente todo.
La voracidad del fuego los ha despojado de todas las posesiones materiales pero, el común denominador que aparece en cada uno de los relatos, no es el daño material en sí mismo que por supuesto es importante porque los ha enfrentado a la sensación de perderlo todo lo que tenían fruto del trabajo de toda una vida, en unos pocos minutos. Lo más importante es que el fuego ha consumido todos sus recuerdos: fotos, grabaciones, cartas, objetos que cada uno de ellos atesoraba porque estaba vinculado a algún momento importante de su vida o de sus seres queridos. No queda nada. El fuego ha arrasado con todo y lo único que quedan son las cenizas y algunos despojos que dan cuenta de que en ese lugar había una vivienda.
Este trabajo documental que ya ha tenido recorrido y ha cosechado premios en algunos festivales internacionales toma fuerza en la voz y el relato de cada uno de sus protagonistas. Se hace duro vivenciar el dolor que transmiten frente a cámara –donde más de una vez se quiebran genuinamente de sólo recordar algún momento de todo lo vivido-, la desolación y la angustia de tener que volver a reconstruir desde lo más ínfimo hasta lo más importante que es poder volver tener su propio techo. Lo que más duele es la inacción y la falta de presencia del Estado en este tipo de situaciones: un Estado ausente que parece no poder ver lo que les ha sucedido y que sigue haciendo oídos sordos a los reclamos y las necesidades de los pobladores, y que se ausenta aún más en estos casos tan extremos como los que relatan los protagonistas.
Los directores además plantean a través de las voces de los damnificados la fuerte sospecha de que estos incendios, en donde casi 500 viviendas han quedado completamente destruidas y donde se han registrado tres víctimas fatales, no han sido fruto de causas naturales sino que detrás de todos ellos hay una fuerte intencionalidad política y económica donde pueden estar involucrados los intereses de grandes empresas mineras, inmobiliarias turísticas e hidroeléctricas.
“TORMENTA DE FUEGO” despliega de una forma simple y clara una cronología de lo sucedido, poniendo el énfasis en la víctimas para llevar su voz a la pantalla y permitirles ser escuchados y visibilizados. Son esos trabajos documentales absolutamente necesarios para que, como espectadores, podamos tomar conciencia de las consecuencias que esto ha tenido no solamente a nivel personal frente a cada una de las historias que se despliegan en pantalla, sino el desequilibrio que ha provocado en la región y lo poco que se habla de esto en la agenda nacional. ¡Y es hora de poder hablar de eso y ponerlo en imágenes!