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Por Marcelo Cafferata

Completando la trilogía documental que la directora ha iniciado con “Lea y Mira dejan su huella” (2016) y luego con “La casa de Wannsee” (2019), llega ahora a los cines, luego de haber sido presentada en el Festival Internacional de Mar del Plata, “LAS DOS MARIETTE” que profundiza el interés de Poli Martínez Kaplun por ahondar en la memoria, los secretos y el entramado familiar perpetuados a través de las generaciones y que es parte fundante en la construcción de la identidad.

La protagonista, Mariette Diamant repite aquellas frases hechas que fueron escuchadas en su entorno escolar, insultando a los judíos. Ante esos comentarios, en voz muy baja, su madre le confesará que su padre es judío, un secreto que deberá llevar en silencio a través de más de setenta años. Un tema tan negado y oculto del que evitará hablar, incluso como ella misma confiesa, en todas sus sesiones de tratamientos psicoanalíticos. Asimismo, cada vez que se entablan conversaciones donde se habla de judíos, de las guerras y el Holocausto, Mariette sólo puede hacerlo a través de eufemismos.

Con una narrativa que va pivotando entre el relato personal y cómo Mariette es vista por su grupo de amigas (que pueden representar perfectamente la mirada social y del “afuera”) tanto como por sus propios hijos y nietos, “LAS DOS MARIETTE” muestra, tal como indica su título, el desdoblamiento que ha vivido la protagonista teniendo que llevar en sus espaldas, durante tanto tiempo, un conflicto con sus raíces y con su identidad, haciéndole sentir incluso que estaba viviendo una doble vida.

Poli Martínez Kaplun vuelve a indagar sobre el impacto que esto ha provocado en el entorno familiar y personal y plantea la valentía de poder destrabar este secreto, de ponerlo en palabras y sacarlo a la luz para que sea sanador no sólo para Mariette, sino en el impacto que esto tiene para las generaciones venideras.

El peso de la religión y la estigmatización que existe sobre los judíos, es un problema central para Mariette, quizás desde la mirada de aquella niña que huye del París de la Segunda Guerra Mundial, mientras que cuando sus hijos son interrogados aparecen diferentes miradas para esta dicotomía entre ser católico o ser judío. Aparece una pluralidad de reacciones que van desde aquellas donde el secreto familiar, el silencio y el tabú tiene un peso central y esta verdad revelada modifica fuertemente su construcción identitaria, hasta aquellos que lo consideran un tema casi sin importancia, que ya no tiene ningún peso en nuestra sociedad actual, donde hasta incluso aparece una lectura de exageración por parte de Mariette,  de victimización sobre algo que ya no tiene tanta trascendencia.

Mariette sin embargo sigue preguntándose sobre su pasado, sobre su presente y sobre su identidad. Criada en un colegio de monjas y profesando su religión católica irrumpir con esta verdad en el seno familiar y en su núcleo íntimo es audaz, disruptivo y le plantea múltiples ejes de conflicto ético y personal.

El ser judío es algo mucho más complejo que una simple religión. El planteo más fuerte del documental en el fuerte debate de pertenecer a una ETNIA, a un grupo que tiene su tradición, su historia, sus diferencias y sus características propias, como así también sus marcas y el lugar arquetípico donde la sociedad sigue ubicándolos. No es una simple religión, es muchísimo más que eso.

Martínez Kaplun apunta a la valentía de desenterrar los secretos, de liberarse y encontrar esa verdadera identidad y de seguir militando para no permitir que aparezca el olvido.

Mariette es su gran aliada para contar esta historia, por esa búsqueda interior de que “LAS DOS MARIETTE” puedan cohabitar en una misma alma. 

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