Por Marcelo Caffertata
Cuando pensamos en un documental cuyo foco es el vínculo entre las mascotas y sus dueños -en particular entre los perros y las personas-, es probable que tendamos a pensar en un formato más televisivo, más parecido a Animal Planet que a un documental cinematográfico.
Es porque eso que “EN COMPAÑÍA”, el nuevo trabajo documental de Ada Frontini (“Escuela para Sordos”) sorprende por la profundidad con la que explora ese lazo tan particular.
Hay anécdotas, relatos, fotos, fragmentos de la vida cotidiana, registros observacionales de una intimidad entre mascota y dueño (¿se podría decir dueño en este contexto o cuál es la palabra que podríamos consignar para definir mucho mejor esta unión?) que a veces con una voz en off testimoniando una historia o develando frente a la cámara una experiencia de vida, y a veces simplemente en silencio poniendo en relieve esas miradas cómplices, caricias y gestos de amor entre ellos, lo expresan todo. Y ahí, es el ojo de la cámara de Frontini que penetra silenciosa y devela, con suma naturalidad y espontaneidad cada encuentro y cada historia, nos permite ver ese sentimiento amoroso y esa relación llena de ternura y amor (incondicional) que hasta se puede emparentar con un vínculo filial padre/madre-hijos.
Expresiones como “el amor de mi vida” “es el reemplazo de un gran amor” “no me puedo imaginar la vida sin él” “es una experiencia rejuvenecedora” van develando la profundidad y dando cuenta de ese encuentro de almas que logra retratar Frontini en esa búsqueda de ir más allá de la simple anécdota. El panorama se completará al internarse en otras vivencias del “mundo canino” como los perros callejeros que duermen a la intemperie o vagan por la ciudad o los que son rescatados por aquellos que, con vocación de servicios, asilan y recogen a los abandonados, para darles un hogar digno.
“EN COMPAÑÍA” logra encontrar en lo simple, un retrato caleidoscópico con historias que logran conmover sinceramente.