Por Marcelo Cafferata
Así como detrás de la famosa magdalena de Proust que, por puro efecto memorístico, sirve de disparador para desatar una catarata de recuerdos en “El tiempo Perdido”, en “NORMANDIA” de Marcos Rodríguez, otro elemento similar desatará una vieja historia de amor nacida en la campiña francesa.
Un encuentro de dos personajes en un bar, con una conversación que no parece ser más que un diálogo trivial, terminará desanudando en uno de ellos, la evocación de una vieja historia de amor a través de un elemento “fetiche” como los croissants, más precisamente ese que queda servido en la mesa.
Rodríguez, director de “La educación Gastronómica” y “Arribeños” logra –como director y guionista- que el relato en off que atraviesa los pensamientos del protagonista fluya y funcione, en un texto envolvente y preciso, impecablemente narrado por Marcelo Subiotto y que curiosamente, como pocas veces sucede, funciona muy bien tanto desde lo literario como desde lo cinematográfico.
Y en tan sólo 8 minutos, Rodríguez logra contarnos una dulce historia de amor con toques de profunda melancolía.