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Por Marcelo Cafferata

COMPETENCIA OFICIAL ARGENTINA

Siguiendo el recorrido de otros trabajos documentales como “Los fuegos internos” o “Cruzar el muro”, el trabajo de Alberto Fernández Mouján y Hernán Khourian vuelve sobre una temática dura y compleja de abordar como es el proceso de desmanicomialización sobre el que poco se habla y muy poco se sabe.

Fernández Mouján y Khourian construyen, por sobre todo lo que pueda comentarse, un trabajo impregnado de valentía y de realismo con una cámara muy cerca de los protagonistas y de los trabajadores que los acompañan en ese proceso.

Con lo cual, el valor agregado que deja este trabajo en la pantalla es la crudeza con la que abordan esta temática y la desromantizacion con la que logran  retratar el proyecto. Un espacio tan cerca de la violencia, el aislamiento, el hacinamiento y la locura, al que como espectadores no estamos acostumbrados a acercanos, toma trascendencia a partir de poner la cámara al servicio de visibilizar una temática en donde el Estado parece dar una respuesta sumamente débil y que deja librado a la buena voluntad de los trabajadores absolutamente involucrados en esta temática, el resultado de un proceso tan difícil como dejar atrás el encierro y poder manejarse por fuera del encierro a través de la externación y construir una vida en comunidad.

El acento de este trabajo documental está puesto en esta experiencia de desmanicomialización, a través de las vivencias de los pacientes y los jóvenes nucleados en el Movimiento por la Desmanicomialización en Romero que son parte absolutamente fundamental de este proceso.

DEJAR ROMERO” pone la cámara ahí donde parece que nadie quiere mostrar la realidad y estructura con documentos y testimonios, parte de la historia reciente de una institución tan controversial como el Melchor Romero donde se han denunciado todo tipo de abusos y de condiciones inhumanas de internación –que se correlaciona con documentación histórica y registros que vuelven a aparecer dentro del documental- y abre una pequeña ventana de esperanza generada por los movimientos sociales y los trabajadores fuertemente involucrados en que cada uno de los internos puedan salir a nuevos espacios, más difíciles, más complejos, pero con una libertad que cada fotograma se encarga de reforzar.

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