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Por Marcelo Cafferata

El biodrama fue instalándose en la escena teatral como un género en sí mismo y a lo largo de las diferentes experiencias fue consolidándose por la osadía y la exposición que se pone en juego, cuando situaciones y momentos ligados ineludiblemente a lo autorreferencial, se apoderan del centro de la escena.

Es necesaria una historia potente y un/a protagonista que atrape con su carisma y “NECOCHEA” cumple con todos los requisitos para que esa mixtura de unipersonal, biodrama y algún toque de standup conviertan a Cecilia Fernández Mosca en una show woman cautivante.

Desde una deliciosa escenografía que mezcla una playa con arena y sombrilla, un sillón que hace las veces de diván de analista y algunos elementos que van nutriendo la historia, Cecilia recuerda algunos momentos de su trabajo en el consultorio de su terapeuta, donde viaja a algunos momentos de su niñez y su adolescencia, Más  particularmente recordará aquellos veranos que pasó por quince años ininterrumpidos en Necochea, una ciudad que la transporta al ritmo de aquellos años ’80 a los que referencia a través de la música y fragmentos de algunas canciones icónicas, algunas películas inolvidables o cantantes de la época (desde Sandro y sus chicas hasta Sergio Denis o María Martha Serra Lima con el Trio Los Panchos).

Su padre es propietario de una cadena de cines y teatros a lo largo de toda la costa y ese es el motivo por el cual se instalarán toda la temporada, en donde Cecilia se “codea” con figuras y estrellas del mundo del espectáculo y recorre la programación de todos los cines. Su madre, parece no estar demasiado conectada con ella –ni en esos momentos en el mar, ni con sus actividades escolares cuando regresen de las vacaciones- y más ocupada en que ella duerma en la casa de su amiga, recuerdos que llevan a un hecho que parece que ha dejado una importante marcha que aún hoy, hace fuerza por salir a la luz.

Si bien el texto transita por esos momentos agridulces que tiene la adolescencia y en donde Cecilia deberá lidiar con sus problemas de autoestima y con un cuerpo fuera de los cánones hegemónicos (sobre todo frente a una madre que era una mujer con un cuerpo despampanante) donde desde un traje de baño, la incomodidad de los probadores o la última dieta del verano serán motivo de catarsis y de un espacio para que estas vivencias, puedan ser contados con mucho humor y la posibilidad de ironizar sobre uno mismo.

Allí esta Cecilia Fernández Mosca desnudando su alma en escena bajo la puesta precisa de Alice Penn que logra explorar todas sus facetas: desde un timing preciso para los momentos de humor, emoción para aquellos fragmentos más confesionales, canciones que permiten que se luzca como cantante y un manejo corporal asombroso sumado a la ductilidad con la que puede multiplicarse en otros pequeños personajes que aparecen en escena: algunas conversaciones con su madre, su padre atendiendo un llamado telefónico que típicamente se repetía o algunas amigas con las que compartió una escapada en Punta del Este, un “permitido” por fuera del ritual necochense.

Si bien “NECOCHEA” se plantea como un viaje a una zona oscura y traumática atrapada dentro de esos recuerdos, el dueto Penn-Fernández Mosca apuestan a un humor inteligente, ese que nos permite reírnos de nosotros mismos y de poder mirar con una sonrisa y hasta una carcajada a un pasado no tan complaciente.

Cecilia Fernández Mosca hace un trabajo notable y se apodera rápidamente de la complicidad del espectador, para que la acompañen en este viaje interior de un poco menos de una hora, con ese sabor tan particular que tienen estos textos que proponen una pequeña historia que se va agigantando a medida que el talento la despliega en escena.

NECOCHEA

(y de los traumas adquiridos durante 70 días y por el lapso de 15 años ininterrumpidos, salvo por un permitido)

Idea original y actuación de Cecilia Fernández Mosca

Dirección: Alice Penn

EL CAMARIN DE LAS MUSAS  – Mario Bravo 960 – Viernes 22.30 hs.

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