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Por Rolando Gallego

Hace algunos años, o algunas películas, que Andrés Di Tella indaga en su vida personal para, de alguna manera, plantear un fresco de la historia Argentina, de la cual, no solo ha sido parte desde su particularidad, sino que, principalmente, ha analizado con lucidez y claridad esos hitos que nos han dejado marcas, del tipo que sea, en nuestro cuerpo.

Pero en Mixtape La Pampa, su última producción, presentada en la sección Autores del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, va mucho más allá, y a la indagación sobre la identidad y el “ser argentino” que se dispara sobre algunas figuras y su trabajo, como Enrique Hudson, termina por emocionar con el relato de su amistad con Javier García Blaya, su intercambio epistolar y también su vuelta al país en un períodos clave de la Argentina.

Los 40 años de la Democracia se reviven con un archivo que demuestra la circularidad a la que hemos estado y seguimos expuestos, en donde, por ejemplo, el testimonio de un manifestante pidiendo un cambio.

En el tanscurrir de esos archivos, de esas imágenes resemantizadas, Di Tella habla una vez más de la memoria, de la real, de la inventada, y entre cartas, imágenes, pájaros, y una indagación sobre la identidad y su identidad, el relato termina por construir un “mixtape” de su vida, plagado de vivencias, ritmos, y poesía.

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