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Por Marcelo Cafferata

Ornella, Mabel, Paula y Mirna son las protagonistas de este nuevo trabajo de Soledad Velasco que se sumerge en la noche crossdresser de Buenos Aires y  de Rosario, abordando un tema que nunca había sido tocado en la producción documental nacional. De esta manera, permite sacar a la luz una temática que es mucho más frecuente de lo que se piensa y logra lasmar en pantalla ese universo de aquellos hombres que, independientemente de su orientación sexual, eligen transitar algunos momentos de su vida en su rol femenino (recordemos también el caso de “Casa Valentina” la obra de Harvey Fierstein que fue una exitosa puesta teatral de José María Muscari).

Esta personas cross viven la mayoría del tiempo angustiadas por la posibilidad de ser descubiertas, de tener que sostener una mentira, por la incomprensión de su entorno más cercano, por lo que se genera una especie de mundo paralelo, de doble vida en donde no se puede asumir libremente la manera que eligen para transitar su género, donde nada es ni tan binario ni tan blanco/negro.

En un extenso y complejo camino, cada uno de los personajes explica la forma en que poco a poco pudieron ir “blanqueando” esta realidad a nivel familiar y a través de sus testimonios podemos ver cómo algunos de ellos enfrentaron el prejuicio de parejas, hijos y familiares para vivir plenamente esta elección y salir del silencio y la opresión.

Lo que en principio es una salida de una noche,  una vez por mes, en donde se reúnen en un departamento para cambiarse y asistir a eventos privados, va invadiendo poco a poco la vida de algunxs de ellxs que transitan esa delgada línea entre el cross y el travestismo y sienten cada vez más la necesidad de explotar su costado femenino, mientras que otrxs se sienten cómodxs y siguen disfrutando de la dualidad.

A través de los testimonios de cada una de las protagonistas, relatados en primera persona, podemos ver las diferentes formas de transitar este mundo oculto que hace unos años era impensado que saliese a la luz, pero que cada vez con más fuerza necesita la aceptación por parte del entorno cercano y la posibilidad de no negar una realidad ya inocultable.

Más allá de cualquier resultado desde lo cinematográfico lo valioso de “CROSS DREAMERS” es la voz y la visibilidad que le da Soledad Velasco a este tema y a las historias personales de cada unx de ellxs. La posibilidad de que se expresen libremente frente a cámara para contar sin rodeos lo que sienten y lo que les permite ser felices. Que al fin y al cabo, es absolutamente lo único que importa.

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