Por Marcelo Cafferata
Lila, una cantante española arriba a Buenos Aires no solamente a presentar algunas funciones de su show sino también para saldar ciertos asuntos familiares pendientes, de los que poco a poco nos iremos enterando, a medida que se devele la trama.
Pero “LILA” es una cantante particular: una artista trans que ha encontrado el éxito fuera de su propio país, un poco cumpliendo el designio de que nadie es profeta en su tierra, pero mayoritariamente por una sociedad y un entorno familiar que no ha sabido aceptarla y que fueron su pasaporte a un exilio casi obligatorio que le permitió construir su carrera artística en la distancia.
Ulises Puiggrós construye la dramaturgia de esta propuesta a partir de relatos que le han transmitido diferentes compañeras con las que ha compartido elenco a lo largo de su carrera e inteligentemente no elige una estructura de collage con las diferentes vivencias sino que enhebra cada uno de esos testimonios en la historia de LILA, protagonista excluyente del show.
Dentro de la construcción de su personaje, Puiggrós recorre no solamente ciertas temáticas como la discriminación y la violencia ejercida sobre las minorías, sino también el rechazo intrafamiliar y la falta de oportunidades. Los momentos sobre los que se va asentando la historia son muy reconocibles para quienes hayan recorrido documentales, testimonios o diferentes recursos artísticos puestos en juego para focalizar en este tema, sobre el que es siempre saludable encontrar un otra oportunidad de visibilización y abrir un espacio de reflexión como claramente lo hace la obra.
Lo innovador de Puiggrós es incorporarlos funcionalmente a la historia que trabaja en tres planos bien diferenciados. Por una parte, la faceta de Lila cantante en la que se desgranan canciones muy conocidas por el público y que es el espacio en que la propuesta toma mayores riesgos. Canciones como “Procuro Olvidarte” “Resistiré” “Fumando Espero” “Quizás, quizás” o “Qué ganas de no verte nunca más” que son muy reconocibles por el público en sus versiones originales que tienen una fuerte impronta en la memoria colectiva se transforman en la voz de Lila en versiones que hace propias y que producen un fuerte impacto.
Entre canción y canción, aparecerán los monólogos con los que Lila irá relatando su historia, compartiendo vivencias con su tono confesional, generando un clima intimista con los espectadores. Así narrará algunas anécdotas relacionadas con su profesión y con su vida privada (incluso alguna historia pícara y cómplice sobre uno de sus amantes) donde Puiggrós despliega un arte que combina la esencia del music hall más tradicional con ciertos aires de stand up más modernos.
Un tercer plano se desarrolla dentro de su camarín, en el que entre cambio y cambio de vestuario, ayudado por su asistente (Débora Longobardi, directora de la obra) Lila entabla un diálogo con una foto del niño que alguna vez fue. En esa foto, como parte de las otras vidas dentro de una misma vida, está presente Manuel y en este momento la dramaturgia de Puiggrós apela con recursos nobles a movilizar sensaciones y sentimientos con ese “aquí y ahora” que dialoga con fluidez con ese pasado doloroso, con una niñez y una adolescencia invadidas por la pena y los castigos y saldrán a la luz las cuentas pendientes.
Además de la creativa puesta de Longobardi que sabe optimizar el aprovechamiento del espacio y de todo el talento que despliega Puiggrós en cada una de las diferentes facetas, la sala en que se ha repuesto “LILA” le suma un plus adicional al show. El ambiente del Espacio Cultural CÁSTOR Y PÓLUX –que llama poderosamente la atención desde su entrada y con una recepción en donde podemos disfrutar de varias manifestaciones del arte, previo y después de la función- parece realmente ser el lugar ideal para recrear ese aire de café concert que le sienta tan bien al espectáculo y le otorga un toque particular y diferente.
“LILA”
Dramaturgia e interpretación: Ulises Puiggrós
Dirección: Débora Longobardi
Con la participación en las voces de Luis Machí y Luciano Cáceres
Viernes 17/06 y 24/06 a las 20.30 horas.
Cástor y Pólux – Tacuarí 955 – San Telmo, CABA.