Por Marcelo Cafferata
¿Qué es lo que más nos seduce de una obra teatral como espectadores? A veces es la magia del texto, una dramaturgia que nos sorprenda, muchas veces la fuerza está puesta en la interpretación y en otros casos lo que nos asombra es una puesta en escena novedosa y creativa.
En el caso de “COSA HECHA”, la nueva obra de Ignacio Torres (“Los pájaros” “Vendrá la muerte a socorrerme”) los tres elementos se combinan en una propuesta completamente diferente, que genera un enorme magnetismo con una mezcla de géneros y estilos, con la peculiaridad de ser un producto completamente difícil de describir en palabras y que es claro ejemplo de la ley gestáltica donde el todo es mucho más que la suma de las partes.
Una pareja, Gael y Lola están en crisis. A una aparente falta de motivaciones y deseos genuinos en sus vidas, se impone una mudanza al sur, a la ciudad de El Bolsón, en donde buscarán, en parte, un refugio para desarrollar los propios proyectos que vayan surgiendo, pero que también sirve para huir de un vínculo asfixiante y (casi) tóxico de los padres de Gael que quedarán en Buenos Aires.
Ella descubrirá una cierta obsesión y fanatismo en el cultivo de las cerezas, él seguirá desplegando sus pruebas de deportes extremos que filmará en vivo para replicar en sus redes sociales y seguir siendo un exitoso youtuber.
Pero nada de lo que pueda contarse a modo de sinopsis de la obra puede transmitir el verdadero despliegue que propone la dramaturgia de Torres en donde rompe totalmente el tiempo y las distancias y entremezcla con suma destreza en un mismo espacio, la vida de Gael y Lola junto con la de los padres, trazando paralelos y entrecruzamientos, dejando expuesta la dicotomía que plantea la obra haciendo convivir dos espacialidades que podrían casi interpretarse como opuestas. El mundo de lo tradicional contrapuesto al universo que escapa de la rigidez, sumergido en la hiperconectividad, las redes y los límites de la tecnología.
Además de proponernos este juego entre dos generaciones y dos mundos aparentemente opuestos que se entremezclan naturalmente en escena –en el sentido más literal de la palabra, inclusive-, aparece el personaje de Ailín, dulcemente disparatado, fantástico y con toques de delirio y magia, con el que Torres duplica la apuesta y nos sigue abriendo puertas dentro del propio texto para zambullirnos en mundos más lúdicos. Sólo con decir que Ailín es una coya que ahora vive en el sur y puede ser confundida con una mapuche, que además es seguidora de Gael en sus redes sociales, a quien deslumbrará con su fanatismo por el k-pop coreano, podemos imaginarnos lo que el texto propone.
Superando a las propuestas que se hacen al interior del texto, Torres plantea además elementos tan distópicos como la posibilidad de ser padres adoptivos mediante una aplicación, que Córdoba ya es un país independiente de la República Argentina o una comunicación algo surrealista con aquellos teléfonos de disco que algunos conocimos con el logo de Entel en el centro.
Además de la potencia del texto –que remite por momentos a los primeros textos de Rafael Spregelburd-, la puesta en escena que plantea el propio autor aprovecha al máximo un lugar tan particular como el de El Brío en donde las habitaciones de una casa convertida en espacio teatral, permiten generar al mismo tiempo diferentes espacios que se despliegan al mismo tiempo y que van generando una profundidad que permite que varias situaciones convivan frente a los ojos del espectador que no quiere perder ningún detalle.
“COSA HECHA” tiene la virtud de lo que no puede describirse tan fácilmente en palabras, de esos hechos teatrales novedosos que deben vivenciarse y que cuenta, además, con un elenco completamente funcional a la propuesta en donde aún con las complejidades de llevar adelante un texto plagado de figuras literarias, lo hacen propio y lo naturalizan para que estas ideas surrealistas y distópicas parezcan completamente posibles.
Francisco Bertín (quien tiene en cartel otra obra excelente como “Una obra para mi”) crea a un Gael que tiene una excelente química en escena con la Lola de María Canale, ambos en composiciones muy destacadas. Como los padres de Gael, Adriana Ferrer y Marcelo Pozzi entregan todo su oficio para esta pareja que aún con todas sus contradicciones, siguen rescatando ese vínculo que han construido juntos durante tantos años.
Los cuatro actores conforman un equipo notable, pero la gran sorpresa de la obra es Lourdes Varela que explota con todo su talento un personaje como Ailín que la brinda la posibilidad de lucirse con tonos de comedia, de delirio, de humor absurdo y a quien Varela le regala toques personales que son de pleno disfrute para el espectador.
La oferta teatral de los espacios independientes en nuestra ciudad es tan diversa y prolífica, que siempre nos depara alguna gema que nos asombra. “COSA HECHA”, indudablemente es una de ellas.
“COSA HECHA”
Dramaturgia y dirección: Ignacio Torres
Con Adriana Ferrer / María Canale / Lourdes Varela / Francisco Bertín / Marcelo Pozzi
EL BRIO / Espacio de investigación teatral – Álvarez Thomas 1582 – Sábados 20 horas