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Por Marcelo Cafferata

El director Juan Baldana confiesa que leyó la novela de un tirón y la sintió como una piña directa a la cara. Surge así un impulso de adaptar la novela y convertirla en un guion cinematográfico (ya está en camino la adaptación de otra novela del mismo autor “Lila”, programada para el próximo año) que tuvo su estreno en el último BAFICI.

QUE TODO SE DETENGA” parte de un texto desprolijo, cruel y perturbador, donde Baldana –aún con ciertas libertades- respeta ese universo caótico y pleno de pulsión de muerte para construir una historia narrada “en reversa” donde primero aparecen los sucesos del Domingo, para dar paso a lo sucedido el sábado y finalmente cerrar el relato con lo acontecido el día viernes.

Gerardo Otero (actor de una vasta trayectoria teatral del que recordamos “TebasLand” “La Ira de Narciso” “Tribus” o “Red”) parece destinado a protagonizar en el cine proyectos atípicos. Primero fue su gran protagónico en “La casa del Eco” y ahora asume la difícil tarea de convertirse en el escritor freelance Germán Baraja, personaje excluyente de la novela corta de Gonzalo Unamuno, un rol complejo y exigente que le permite lucirse con una fuerte presencia en la pantalla.

Aun cuando dentro de la adaptación, Baldana presenta a un Baraja que pueda ser más empático con el espectador, con un perfil menos irónico e irreverente, menos revulsivo, la composición de Otero requiere de una entrega física y un compromiso que necesita desplegar en cada una de las facetas por las que atraviesa su personaje y lo hace en un verdadero tour de forcé que supera sin problemas.

Como una especie de “Irreversible” de Gaspar Noé que también rompía con la narración temporal clásica, nos sumergimos en la vida de Germán, ahogándonos en sus frustraciones, tensiones con su hermana por el delicado estado de salud de su madre, una novia a la que no puede recuperar y el fantasma de la adicción acosándolo bien de cerca con una necesidad casi permanente de consumir cocaína.

Respetando la pluma de Unamuno, el texto dispara frases directas, vulgares, sin tabúes ni eufemismos, construye un clima de tensión sexual con mucha adrenalina, momentos de sordidez y promiscuidad, instalándose en un registro que no es fácil de conducir y que, sin embargo, Baldana maneja con trazo firme desplegando una puesta en escena muy cuidada en los detalles.

Además del clima que logra desde la dirección y un meticuloso diseño de arte, Baldana como director logra un equipo muy compacto en la dirección de actores.

El equipo se completa con una estupenda composición de Luis Ziembrowski como el vecino del protagonista, un personaje que genera un clima sumamente enrarecido y que logra una química perfecta en escenas muy osadas junto a Otero. También tienen participaciones destacadas Claudio Tolcachir (su amigo), María Canale (brillante en el rol de la hermana) y Alan Sabbagh desplegando todo su talento en el rol de Tarzán que vuelve a cruzarse en la vida de Baraja con una noticia que lo sorprenderá.

De todos modos, Otero se convierte en la figura excluyente de “QUE TODO SE DETENGA” logrando sortear con todo su talento, el retrato de un personaje oscuro, residual, que quizás represente y sea el fiel reflejo de toda una generación.

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