Por Marcelo Cafferata.
“UNA TUMBA PARA TRES” se convierte en el primer estreno del ciclo “Jueves estreno” de la plataforma www.cine.ar/play, dando continuidad de esta forma a nuevas incorporaciones en la cartelera como lo ha hecho a lo largo de todo el periodo de aislamiento en el contexto de pandemia, donde las pantallas cinematográficas aún no están disponibles para el público.
Mariano Cattaneo, con una gran cantidad de cortometrajes en su haber y los dos largometrajes “Incidente” y “Corazón muerto”, deja su pasión por el género fantástico y el terror para combinar elementos del policial, con escenas de mucha acción y atravesar toda la historia con un tono de comedia negra con un ritmo que parece evocar al cine de Guy Ritchie (sobre todo en sus filmes “Snatch: cerdos y diamantes” y “Juegos, trampas y dos armas humeantes”) extrapolando ese estilo para un producto teñido con situaciones bien típicas y locales.
En este caso vemos a Roselli (un mafioso a cargo de Chucho Fernández, colaborador habitual de Cattaneo) encargando a tres de sus matones -Víctor (Diego Cremonesi), Juan (Daniel Pacheco) y Manuel (Demián Salomón)- que ubiquen rápidamente a Carlos (Hernán Márquez) que logró escapar con el botín de un robo y cuando lo encuentren, algo en ese enfrentamiento entre los cuatro no saldrá justamente como estaba previsto y terminan, casi sin quererlo, eliminando a Carlos.
El humor negro comienza a penetrar en la trama cuando el trío intente deshacerse del cadáver y mucho más aún cuando su jefe reclame la urgente presencia del ladrón para poder ajustar definitivamente las cuentas. Así comienza a un ritmo de comedia mucho más marcado que luego se entremezcla con algunos elementos fantásticos que aumentan el tono delirante y que son aquellos con los que Cattaneo parece disfrutar especialmente.
Los intentos de reparar el error que han cometido, los lleva a empantanarse cada vez más cuando una sumatoria de situaciones, entre las que se cuenta contactar a los servicios “non sanctos” de un amigo del trio que complicará cada vez más el panorama, utilizando un efecto bola de nieve en donde se entremezcla un bolso lleno de dinero, drogas, extraños rituales, dos prostitutas abandonadas a su suerte, persecuciones, balaceras y todo esto regado de un ritmo vertiginoso que acompaña al delirio que viven los personajes.
El trío protagónico sabe acompañar el tono bizarro y desbordante necesario para acompañar las situaciones que atraviesan los personajes y se destaca el trabajo de Diego Cremonesi que siempre encuentra el tono justo para sus personajes (muy convocados en recientes producciones, desde “Pistolero” o “Devoto, la invasión silenciosa” hasta un tono más intimista como “La afinadora de Árboles” o “Rojo”), acompañado por Demián Salomón y Daniel Pacheco (“El Marginal”) que en este caso llega a irritar con la tonada con la que construye su personaje que no termina de definir si se trata de un colombiano, un español, si tomar ragos porteños, de forma tal que genera una mezcla molesta al oído donde faltó una marcación más precisa.
Más allá de Cremonesi, “UNA TUMBA PARA TRES” parece apoyarse en los roles secundarios para que ese tono de comedia negra con una cuota de alucinación, gane efectividad. Nuevamente Chucho Fernández queda a cargo de un villano temible, aunque parece indudablemente estar disfrutando de su personaje, tal como sucede con Gerardo Romano que vuelve a componer un personaje que podríamos decir que parodia a otros personajes que el actor ha compuesto con anterioridad.
Pero quien marca una notable diferencia es Mónica Villa (un placer enorme volver a verla en la pantalla grande) como una entrometida vecina que ayuda a complicar más y más lo que está sucediendo, quien tiene a su cargo las mejores líneas de diálogo y logra el tono preciso de delirio y verborragia que su personaje necesitaba, transformándose en uno de los puntos más notables del filme.
Si bien la propuesta de Cattaneo cumple con su función de entretenimiento, mantiene el ritmo y sostiene el in crescendo que se propone en esta catarata de complicaciones y malos entendidos que apuntan al delirio y al absurdo, un trabajo de ajuste más profundo en cuanto al planteo de algunas situaciones y sobre todo, con un mayor trabajo en los diálogos, podría haber hecho ganar efectividad y darle un marco más interesante a los diferentes giros de la trama, muchos de ellos agradablemente sorpresivos pero que no hacen pie en un guion que, en reiteradas oportunidades, aparece como un borrador que no logra la solidez necesaria.
POR QUE SI:
» Cumple con su función de entretenimiento «