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Por Marcelo Cafferata

En 1996 surge en el Off Broadway uno de esos pequeños musicales que, sin proponérselo, han marcado todo un estilo y se vuelven, a su manera, emblemáticos: con más de 5000 funciones en su haber, convertido rápidamente en uno de los grandes éxitos independientes, colocó a su autor, Joe Di Pietro, dentro de los más destacados del género en aquel momento.

Con puestas en Barcelona, Madrid, Milán, Moscú, Roma, Londres y Helsinki (entre tantas otras ciudades) el fenómeno de “TE QUIERO SOS PERFECTO, CAMBIÁ” llegó a Buenos Aires en el 2004 con un elenco formado por Karina K, Natalia Lobo, Rodolfo Valss y Marcelo Trepat, con cambios en los roles masculinos por Diego Ramos y Guillermo Fernández en una segunda puesta que se conoció en los escenarios para la temporada 2011.

Ricky Pashkus, conocedor no solamente del teatro musical en general, sino de los resortes y mecanismos que particularmente se mueven en el texto de Di Pietro -dado que ha sido el director de las dos puestas anteriores-, vuelve a poner en escena esta nueva  versión de una obra que recorre desde la seducción, la pasión, el romance, la convivencia, el matrimonio, hasta llegar al amor maduro: todas formas diferentes de poner el foco en las relaciones de pareja a través de diversos cuadros musicales que se van desarrollando con humor y que enfocan, cada uno de ellos, un aspecto o un tema en especial.  

El propio formato que propone la obra, enlazando una sucesión de “sketches” que enfocan estas diversas facetas amorosas a medida que transcurre el tiempo dentro de los vínculos de pareja, no tiene un tono homogéneo no todos los cuadros están al mismo nivel: habrá, como en todo texto episódico, algunos más logrados que otros y que tengan distinta efectividad, aunque todos ellos guardan relación con el sentido general de la propuesta.

El diseño de escenografía de José Ponce Aragón es completamente funcional a la velocidad de la sucesión de los cuadros, planteando diferentes ambientes y espacios, con un diseño creativo que se amolda perfectamente a cada una de las situaciones. Lo mismo ocurre con el vestuario creado por Alejandra Robotti que se muestra versátil y adaptado a cada uno de los personajes que irán desarrollando los cuatro protagonistas, a medida que avance la obra, cuadro a cuadro, destacándose también los diferentes climas que genera el diseño de luces de Marcelo Cuervo.

La puesta de Pashkus si bien es tradicional, se muestra funcional a los tiempos que corren y al regreso al teatro en este contexto de pandemia. Cuenta con una adaptación de las canciones a cargo de Gonzalo de María, en la que se trabaja sobre ciertos términos que logren una mayor empatía con el público porteño y además, intenta disimular el paso del tiempo que se siente en el texto, incluyendo algunos elementos en las letras que no estaban presentes en las puestas anteriores y permiten aggionarlas al momento actual.

TE QUIERO SOS PERFECTO, CAMBIÁ” no es precisamente uno de esos musicales en donde el espectador sale tarareando canciones pegadizas o grandes éxitos recordados de Broadway. Por el contrario, el ritmo y las letras de las canciones tienen humor y simpatía, ritmo y energía, pero dentro de la historia de los musicales no han logrado posicionarse entre los inolvidables éxitos del Off Broadway, conocidos por todos.

Es por eso que, tal como sucedía en las puestas anteriores, esta nueva versión de la obra se asienta fundamentalmente en el talento de sus cuatro intérpretes, todos de primer nivel y componiendo varios personajes dentro de la propia obra,  que les permiten demostrar su ductilidad y su capacidad de desdoblarse en situaciones marcadamente diferentes a lo largo de toda la obra.

Roberto Peloni, a quien conocemos por “La Parca” “The Rocky Horror Show” su desopilante rol secundario en “Camarera / Waitress” y el inolvidable Lord Farquaad de “Shrek”, da muestra de todo su talento en el escenario, pero por momentos parece que la obra no le permitiera el lucimiento que se merece, con algunas canciones que no le permiten desplegar completamente todo su histrionismo y su potencia vocal.

Agustín Sullivan y Flor Otero (también con una amplia trayectoria en el género) se muestran frescos, solventes y dispuestos al juego de multiplicarse en el escenario en una gran cantidad de roles en el lapso de poco más de hora y media que dura el espectáculo.

La que se roba todos los aplausos es Laura Oliva. Dueña de una gracia singular, aprovecha los mejores momentos de la obra para brillar y apoderarse de la platea. Salta de un delirante cuadro en donde recibe el inesperado llamado de su novio mientras pensaba rendirse ante el delivery en “Él me llamó”, a la calidez y la sensibilidad de una eterna solterona en “Siempre testigo, novia jamás”, cerrando con un comiquísimo prototipo de mujer judía de “levante” en un velorio, entre tantos otros personajes.

Los cuatro se funden con buena química y alternan roles y parejas, formando un equipo compacto que funciona armoniosamente bajo las órdenes de Pashkus quien una vez más logra un muy buen show que además se acompaña con la música en vivo de Gaspar Scabuzzo en el piano y Valeria Matsuda en violín.

 “TE QUIERO, SOS PERFECTO, CAMBIÁ

De Joe Di Pietro

Con Laura Oliva – Roberto Peloni – Flor Otero y Agustín Sullivan

Teatro Astral – Avenida Corientes 1639

Miércoles y Jueves a las 21 – Sábados a las 19.30 horas

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