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Por Marcelo Cafferata.

El tema de los agrotóxicos y el drama de los pueblos sometidos a las indiscriminadas fumigaciones con glifosato, que ya se ha cobrado decenas de vidas, ha dado material para abordarlo desde el terreno documental, como en “Viaje a los pueblos fumigados” de Pino Solanas y «Fotosíntesis» de Diego Fidalgo.

En ambos casos, se intentó reflejar la problemática y visibilizar el flagelo, generando espacios de discusión y de polémica sobre un tema que se intenta silenciar en forma permanente.

Dentro del campo de la ficción, Emiliano Grieco en “El Rocío”, retoma la temática centrando la historia en un pueblo rural de Entre Ríos, narrando el derrotero de una madre que ve como su hija comienza a padecer trastornos respiratorios graves y debe trasladarse, aún sin los medios necesarios y sin que el Estado dé respuesta, para ser tratada en Buenos Aires.

La tercera película de Gabriel Grieco (luego de “Naturaleza Muerta” e “Hipersomnia”), que también lo cuenta como guionista, si bien coquetea con elementos del terror y una estética muy cercana al gore en determinadas escenas, se despega de sus trabajos anteriores, para darle preponderancia al drama, nutrido de un ritmo de thriller, sin dejar de tener en cuenta el tema de los agrotóxicos en el centro de la escena para darle un fuerte contenido de denuncia que permite una mirada diferente sobre su nuevo trabajo.

RESPIRA” cuenta la historia de Leonardo (Lautaro Delgado Tymruk), piloto comercial que, desde hace ya un tiempo, se ha quedado sin trabajo por una inconducta laboral dentro de la compañía. Un poco presionado por las circunstancias, pero sobre todo por la insistencia de su esposa Leticia, a cargo de Sofía Gala Castiglione, con el objetivo de encauzar su situación, acepta un trabajo que le ofrece un amigo de su mujer, como piloto fumigador de plantaciones de soja.

Tanto por la situación económica como por el equilibrio psicológico de Leonardo, la pareja decide entonces emprender viaje, y mudarse junto con su hijo a la precaria casa que le ofrecen junto con el nuevo trabajo, alejados de la gran ciudad y de ciertas comodidades.

Ya desde la llegada al pueblo, preguntando a los lugareños por la ubicación de los campos, recibirán una mirada de desdén y la advertencia de peligro generando un clima enrarecido que se hace aún más denso cuando lleguen a contactarse con el encargado (Daniel Valenzuela), un ser oscuro y que se presenta lo suficientemente desagradable como para inquietar a la pareja, sobre todo a Leticia, con la que parece, inclusive, dispuesto a atravesar ciertos límites.

Apenas comience a trabajar, algunas piezas del rompecabezas comenzarán a ubicarse y todo cobrará sentido cuando se de cuenta de que trabaja para un inescrupuloso empresario vinculado con los agroquímicos que ha causado innumerables daños con la fumigación, y deberá enfrentarse con un grupo de vecinos que se opone fuertemente a estos grupos poderosos que parecen manejarse con total impunidad, no solamente produciendo severos daños físicos en los pobladores sino que además somete violentamente a sus trabajadores.

Grieco tiene buenas ideas, sabe manejar las referencias cinéfilas que va sembrando como pistas y no solamente las plantea en cuanto al cine estrictamente de género –que maneja a la perfección- sino que además puede hacer un guiño tanto dentro del cine de terror, como del cine de aventuras, el suspenso a la manera del gran Hitchcock (una avioneta sobrevolando los campos hace irremediablemente recordar a “Intriga Internacional”) o aquellas en donde la casa/ el hogar, juega como refugio y trampa mortal al mismo tiempo como en tantos films slashers.

Además, su cámara es virtuosa y Grieco filma con mucha seguridad sobre lo que quiere narrar, aunque en determinadas situaciones se percibe que el guion no está a la altura de la propuesta: los diálogos suenas forzados y pareciera que falta pulir algunos aspectos de modo tal que la imagen, la estética y el esmero técnico pueda traducirse también en un desarrollo de la historia que acompañe en un mismo nivel.

Hay situaciones que se resuelven apresuradamente, algunas que bordean lo inverosímil, problemas con la continuidad y ciertos detalles que con un trabajo más profundo desde la escritura, podría hacer que el producto se presente más sólido y sin tantas imperfecciones.

Para “RESPIRA”, el director ha contado con un elenco encabezado por Delgado Tymruk y Gala Castiglione (que han brillado recientemente en trabajos para la pantalla grande) donde vuelven a validar su talento y su capacidad de abordar diferentes facetas dentro de sus personajes.

El elenco secundario se completa con Daniel Valenzuela, la participación de Gerardo Romano y Leticia Brédice en papeles que no les permiten demasiado lucimiento y se destaca un buen trabajo de Nicolás Pauls junto a una banda de sonido de Ale Kurz, cantante de “El Bordo”.

Quizás se extraña el cine más visceral y osado de las primeras dos realizaciones de Grieco, pero de todos modos “RESPIRA” logra una buena mezcla entre cine de género y denuncia frente a un hecho que sigue sin tener presencia en los medios o en la agenda política actual, mientras los pueblos siguen “desapareciendo”.

POR QUE SI:

«Su cámara es virtuosa y Grieco filma con mucha seguridad sobre lo que quiere narrar»

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