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Por Marcelo Cafferata

El aislamiento ha modificado muchas de nuestras actividades cotidianas y también ha revolucionado profundamente al mundo de las artes por lo que el Cine, el Teatro, las muestras y exposiciones, han debido encontrar nuevas formas de llegar al público en tiempos de cuarentena, lo que se ha logrado con mayor o menor suerte.

El teatro ha sido, indudablemente, uno de los rubros más “golpeados” y al mismo tiempo con más dificultades de poder encontrar este nuevo modo de expresión en tiempos tan complejos y mientras algunos autores / actores / actrices encontraron la forma de transmitir obras on-line (que les permite a su vez acercarse a un público del interior del país y del exterior al que antes no accedían), otros han liberado sus obras y algunas filmaciones y registros de escena, pero sigue quedando una fuerte sensación de que el fenómeno teatral a través de la pantalla de una computadora, o en la televisión, no es el mismo.

Santiago Loza tiene una extensa trayectoria como director de cine (“Los labios” “Cuatro mujeres descalzas” “Extraño” “La Paz” y “Breve historia del planeta verde” entre tantas otras) pero se destaca aún más como dramaturgo teatral, en esa búsqueda de un nuevo lenguaje casi permanente en su carrera, se dispone en “AMOR DE CUARENTENA” a romper con todos los esquemas, para aportar un producto totalmente novedoso que no responde a nada de lo ya conocido y desde ese lugar, logra dar con ese sorpresa que suma, y mucho, a la propuesta general.

Loza, en sus textos, ha buceado como muy pocos autores dentro del universo femenino (basta mencionar algunas de sus obras como “Nada del amor me produce envidia” “Almas Ardientes” “La mujer puerca” “Mau Mau” y como lo hizo también en la serie televisiva “Doce Casas”) y ha explorado las diversas formas del amor (su obra “Todas las canciones de Amor” con Marilú Marini es indudablemente uno de los puntos creativos más altos) siempre apelando a los pequeños detalles, a lo que alberga lo simple,  sin estridencias ni textos afectados o forzados. Por el contrario, su pluma nutre a una dramaturgia que parte de la sencillez para llegar a una profundidad intensa y conmovedora.

Esta nueva propuesta de “AMOR DE CUARENTENA” lo encuentra vibrando en esa sintonía que recorre la mayor parte de su trayectoria como artista y se potencia junto a Guillermo Cacace desde la dirección (con quien ya hizo dupla en “La Enamorada” con Julieta Venegas y director del arrollador éxito del off “Mi hijo sólo camina un poco más lento”) para crear este producto que se nutre de una red social como Whatsapp y vincularse con el “espectador” desde la exploración en un terreno diferente y la innovación como principal estandarte.

Una mañana determinada una voz nos dirá algo así como “Te debe resultar raro mi mensaje. Hace tanto tiempo que no sabemos nada, que no tenemos noticias, me pareció una oportunidad” y en medio de estos tiempos de aislamiento, esa voz de un viejo amor se hace presente, se materializa nuevamente en cada rincón de la casa y nos invita a un viaje atravesado por diferentes sensaciones.

Durante 15 días, seremos coprotagonistas de una experiencia artística que se nutre de diversos elementos para crear una historia de la cual no somos meros espectadores sino que somos parte: una vez más los textos de Loza vuelven a encontrar su tono particular y esa melodía propia que hace foco en cada detalle, se detiene en esas pequeñas cosas que a veces parecen sin importancia, pero que se transforman en el centro de cada mensaje.

El paso del tiempo, los recuerdos, momentos compartidos, anécdotas y fragmentos de historia, posibles reencuentros y  la memoria impactando en el presente: todos estos elementos se ponen en juego no sólo desde la voz de los actores que dieron vida a la propuesta (uno como espectador puede elegir entre  Leonardo Sbaraglia, Cecilia Roth, Dolores Fonzi, Camila Sosa Villada o Jorge Marrale) sino que además “AMOR DE CUARENTENA” se propone como una experiencia que despertará varios de nuestros sentidos.

Fotos, paisajes, retazos, canciones, compartir un momento de reflexión o de pleno silencio, una imagen tan disparadora como pueden ser las tonalidades de un cielo, van completando esta nueva forma de conexión. Loza logra momentos de gran belleza, con textos tan sencillos como emotivos que encuentran una especial caja de resonancia en la soledad y el silencio de nuestra casa o en algún espacio o un momento de intimidad en donde poder transportarse y de alguna manera, descansar en esa voz que nos acompañe y nos cobije en un momento tan extraño como el que estamos atravesando y que nos lleve con la mente a otras geografías, mucho más apacibles y mucho más esperanzadoras.

Con un coqueteo con el tono epistolar -esas cartas que ya han caído en desuso y que todo el mundo que las ha recibido, en cierto modo las añora-  algunos audios suenan demasiado a un texto leído, con pausas teatrales y tono demasiado formal (sobre todo en el caso de Cecilia Roth, frente a un Leonardo Sbaraglia completamente natural y genuino), con un ritmo que a un mensaje de Whatsapp no le sienta demasiado bien y le quita cierta espontaneidad en la propuesta de juego teatral que se entabla.

La propuesta de Loza / Cacace no sólo es novedosa sino que genera ese efecto que, con el correr de los días, el espectador espera el mensaje cotidiano, para ese rato de disfrute fantaseando con un viejo amor, soñando un reencuentro, esperando esa voz reflexiva que ni siquiera pretende una respuesta de nuestra parte sino que sólo quiere contactarnos y vincularse con esa historia vivida e indudablemente, lograr esa movilización en el espectador, es su principal fortaleza.

AMOR DE CUARENTENA

De Santiago Loza

Dirección: Guillermo Cacace

Diseño gráfico / Audiovisuales: Francisco Castro Pizzo

Información en: http://www.alternativateatral.com/obra72074-amor-de-cuarentena

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