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Por Marcelo Cafferata

Quienes conozcan el pulso para la comedia, para las relaciones amorosas y para las historias corales, podrá ver la mano de Cédric Klapisch tras la factura y la idea de “DIX POUR CENT” una de las series francesas de mayor suceso de las últimas temporadas, que se emite con enorme éxito por la pantalla de France 2 y que se encuentra disponible en la plataforma de Netflix.

El director de una de las trilogías francesas más adorables “Piso Compartido”- “Las muñecas rusas” – “Lo mejor de nuestras vidas”, que se conformó en un retrato generacional sobre un grupo heterogéneo y chispeante, que supo convocar a grandes actores de su generación que luego se convirtieron en grandes estrellas (Audrey Tautou, Romain Duris, Cécile de France y Kelly Reilly) se lució también en otras películas como “Paris” “Un aire de Familia” o “Deux Moi” (la versión francesa de la argentina “Medianeras”) y fijó un estilo particular dentro de la pantalla francesa actual.

Indudablemente, los primeros capítulos de “DIX POUR CENT” que lo tienen como director (además de ser productor y director artístico de toda la primera temporada) permiten encontrar todos sus guiños cinéfilos y su adoración por la Ciudad Luz cuando bajo el cielo de París nos muestra la Torre Eiffel de fondo bellísima e icónica como siempre, impregna sus planos con las vistas aéreas de la ciudad y sus típicas buhardillas de los edificios Haussmann, filma a lo largo de la callecitas que bordean el Sena o recorre la rotonda del Arco del Triunfo, llevándonos a los rincones más entrañables. Pero por sobre todo, se destaca su timing para la comedia, para el planteo de una historia coral sobre la que se monta la serie y fundamentalmente el análisis que siempre se permite dentro de sus cine, a la relaciones amorosas y los lazos familiares a los que ahora también sumará los vínculos y tensiones que se entretejen a nivel laboral.

La Agencia de representantes artísticos ASK es también una gran familia: y en el primer capítulo sus cuatro socios recibirán con enorme sorpresa la repentina muerte de su fundador, que hará que comience una fuerte disputa dentro de la conducción de la agencia y la necesidad de un socio que puede aportar el dinero necesario en caso de que su viuda decida venderla al mejor postor.

Pero las vivencias de estos cuatro agentes Top, Mathias (Thibault de Montalembert), Gabriel (Grégory Montel), Andréa (Camille Cottin) y Arlette (Liliane Rovère) ofician de marco y esqueleto narrativo para que puedan desarrollarse historias plagadas de presencias estelares, cameos y protagónicos con estrellas invitadas, pertenecientes a la cumbre más selecta del seleccionado del cine francés.

Hay glamour, hay enredos, hay comedia y durante las tres temporadas disponibles, el hilo conductor y el común denominador que atraviesa la propuesta es el juego que se entabla con el espectador de poder ver a las estrellas haciendo de sí mismas con mucho sentido del humor y de la autocrítica, acompañándolas en sus decisiones privadas, detrás de la cámara, humanizados y fuera de la alfombra roja, aún sin perder su aire de celebridades, sus egos, sus debilidades, sus miedos y sus vanidades con todo ese micromundo de la farándula, presente en cada escena.

En principio la idea que genera “DIX POUR CENT” del magnetismo propio de cada una de las estrellas invitadas, se fortalece todavía más cuando la historia personal de cada uno de los cuatro representantes también cobra puntos de especial interés y seguimos decididamente capítulo a capítulo lo que va pasando en sus vidas, sin que la propuesta sea meramente presentar una historia por capítulo que destaque al protagonista invitado.

Pero es obviamente innegable el atractivo de ver a Cécile de France peleando por un papel dentro del casting de la nueva película de Tarantino, dos glorias francesas que rivalizaron eternamente por el amor del fallecido director de la Agencia (deliciosas Line Rénaud y François Fabian luciendo con orgullo sus más de ocho décadas cada una), Audrey Fleurot lidiando con su reciente maternidad (la podemos ver dentro de la misma plataforma en la serie “Safe” de Harlan Cohen) o las dudas de Nathalie Baye de encarar un nuevo proyecto en donde trabajaría con su propia hija replicando el vínculo, con todas sus alegrías pero con todos sus sinsabores.

En la segunda temporada encontramos a Juliette Binoche preparándose espléndidamente para la gala de apertura de Cannes (con un paso de comedia en donde no es frecuente verla), Isabelle Adjani desesperada porque un director independiente que ha cobrado fama tras su Opera Prima la elija para el próximo proyecto o las brillantes participaciones de Fabrice Luchini (siempre excelente), Christopher Lambert o Virginie Efira.

Pero obviamente hay más y a medida que transcurren las temporadas el equipo creativo ha duplicado la apuesta con la guionista Fanny Herrero a la cabeza y además de abordar mediante la vida de sus cuatro protagonistas temas como la infidelidad, las rupturas de pareja, las elecciones sexuales, el poder del dinero, los amores pasados y… las presiones y las relaciones de poder dentro del entorno laboral de una de las agencias más prestigiosas de Paris, “DIX POUR CENT” no para de convocar grandes estrellas.

Ya en la tercera temporada uno de ellos podrá pasar una noche con Mónica Belucci y acompañarla en sus devaneos con sus problemas amorosos, tener que ayudar a Isabelle Huppert a lidiar con sus múltiples compromisos (rompe ocultamente un contrato de exclusividad filmando dos cosas a la vez y tentándose con una tercera bajo las órdenes de Hong Sang Soo – en un divertidísimo guiño autoreferencial-), enfrentarse a las dificultades de Jean Dujardin en abandonar un personaje que parece haberlo capturado por completo o los problemas de Béatrice Dalle (inolvidable en aquella “Betty Blue, 37º 2”) en hacer un desnudo completamente fuera de lo acordado con el director.

Para quienes amamos el cine, y el cine francés en particular “DIX POUR CENT” se constituye en un disfrute permanente, con presencias estelares en roles marcadamente diferentes a los habituales, pero también por ese aire que deja Klapisch y tan perfectamente retoma Herrero a través de sus guiones, para seguir la historia de cada uno de los protagonistas y alejarnos, por un rato, de las series de crímenes, desapariciones, universos paralelos y detectives que se juegan una nueva oportunidad, y disponernos a disfrutar de una comedia brillante con esa magia del cine dentro del cine, sin dejar de abordar temas de actualidad y un costado sensible, en cada una de las historias protagónicas.

POR QUE SI:

Para quienes amamos el cine, y el cine francés en particular “DIX POUR CENT” se constituye en un disfrute permanente

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