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Por Marcelo Cafferata

«No importa si no vivo mucho, pero, mientras viva, quiero al menos que esa vida sea plena. Hoy me da mucha felicidad correr»

(Haruki Murakami, “De qué hablo cuando hablo de correr”)

Hay documentales que quedan en nuestra memoria porque recorren un fragmento importante de la historia, un hecho inédito, un acontecimiento relevante, una historia impactante que merece ser reflejada y analizada, para la memoria, para la Historia, para reconocernos. Pero hay otros, en cambio, donde el magnetismo y el acento están puestos en el personaje que se ha elegido para pintar su retrato.

Indudablemente, Andrés Arbit y Gustavo Gersberg fueron sumamente inteligentes en el momento de elegir este personaje ideal para crear un documental entrañable en “COMO CORRE ELISA”, sencillo y profundo: una historia hermosa con una protagonista que atrapa inmediatamente al espectador con su historia de vida.

Uno quisiera pasar mucho más tiempo que ese poco más de una hora que dura la película, para seguir conociendo recovecos de una vida tan fascinante como puede ser la de cualquiera de nuestros abuelos, la de nuestros padres, la de algún vecino, una historia que tiene la particularidad de ser un historia común y a la vez extraordinaria.

Ella es Elisa Forti, a quien comenzaremos a conocer por su pasión por el running y que a sus espléndidos 82 años practica con un espíritu jovial e indoblegable –deporte que comenzó a practicar aproximadamente 10 años antes, a sus fantásticos 72- y su participación activa en más de 50 carreras que le han permitido recorrer no solamente muchos puntos de nuestro país como Ushuaia, Salta, Jujuy, San Luis, e inclusive participar del mítico cruce de los Andes, sino que además le ha abierto las fronteras y pudo participar de carreras en Brasil (Rio de Janeiro), en Reino Unido, y el documental focalizará por sobre todo, en la historia de una carrera sumamente particular que la llevara a Como: su pueblo natal.

Amante empedernida de la naturaleza, veremos cómo prepara su entrenamiento para una carrera de 25 kilómetros por la ciudad que la ha visto nacer, de la que conserva recuerdos vívidos e intactos y en la que ha vivido hasta los 14 años, momento en el cual emigra hacia Argentina. Mientras Elisa nos comparte su rutina de entrenamiento, su propia voz y la de sus hijos nos irán contando algunos hechos que fueron marcando su vida, en donde aflora un espíritu de superación ante cualquier obstáculo que se le ha ido presentando en el camino y que ha superado con esa fuerza que se va trasmitiendo a través de cada uno de los testimonios.

Arbit y Gersberg, entremezclan hábilmente, el regreso a su pueblo natal  – con el Lago di Como, sus montañas y sus pintorescas casitas ofreciendo un marco natural visualmente perfecto-, sus anécdotas, el recorrido de las calles, los rincones y los lugares de la infancia, con momentos de la carrera, los entrenamientos previos y las distintas polaroids sobre su historia de vida.

Es así como el documental logra momentos de una conexión muy íntima con Elisa sin necesidad de recurrir a golpes bajos ni a ningún tipo de subrayados: aparecerán la  emoción y el orgullo de sus hijos cuando repasan la historia de su madre y los momentos duros de la historia familiar, la potencia emocional del regreso a aquel pueblo que dejó atrás hace más de setenta años y un simpático testimonio de sus nietos que oscilan entre la fortaleza que les transmite su abuela y el reconocer el “exotismo” de este entrañable personaje.

El retrato se va armando a puro sentimiento, transitando una dulzura y una emoción a flor de piel, tomando la simpleza, la energía y el ejemplo de vida que de por si irradia Elisa en una entrega sumamente generosa en todos los hechos que son suma sencillez y humildad, va relatándole a la cámara.

Esa misma cámara que corre a la par de ella y registra ese minuto a minuto  de la carrera, su respiración, sus comentarios, la calidez con la que la van recibiendo en cada pequeño lugar al que llega y por sobre todo, esa voluntad para sobreponerse a ese miedo previo que aparece frente a cualquier desafío e intentar llegar a la meta –sin importar las subidas, las bajadas, escaleras empinadas, nada la detiene ni borra su sonrisa- y cumplir un sueño. Por sobre todo: un potente mensaje de no dejar nada en el intento y perseguir un objetivo hasta el final.

Así como nuestra protagonista ha recorrido el mundo, “COMO CORRE ELISA” ha participado de un importante recorrido en festivales internacionales como Vermont, Arequipa –Perú-, La Habana, Barcelona y otros festivales y muestras locales como Ushuaia o San Martín de los Andes y ahora tenemos la posibilidad de verla de una manera particular, frente a la imposibilidad de estrenarla en salas de cine. No duden en contactarse mediante las redes sociales de la película – Instagram / Facebook – o mediante un email a comocorreelisa@gmail.com, y disfrutar de este documental que estará disponible a partir del 30 de Julio y que se puede disfrutar y compartir con la familia.

POR QUE SI:

«El documental logra momentos de una conexión muy íntima con Elisa sin necesidad de recurrir a golpes bajos ni a ningún tipo de subrayados»

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