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Por Marcelo Cafferata

La Opera Prima de Ruthy Pribar, “ASIA” se presenta en el marco del SERET Film Festival con el aporte de una mirada femenina tras la cámara, para contar la historia de la protagonista que da título al filme: una madre soltera que trabaja como enfermera y deberá hacerse cargo de la grave enfermedad por la que atraviesa su hija adolescente.

La vida de Asia parece signada por vínculos incompletos. Por un lado, no sabe cómo sostener la relación con su hija Vika (que nos da la oportunidad de ver ahora en un trabajo para la pantalla grande a Shira Haas, la actriz de la serie suceso de Netflix “Poco Ortodoxa”) y por otro lado, la relación amorosa que no puede consolidar con su colega del trabajo, con el que sólo parece tener encuentros sexuales rápidos y volátiles.

Una dura enfermedad terminal se presenta como una oportunidad de cambio para Asia, acercándole un aprendizaje diferente en la relación con su hija, intentando mediar entre el acompañamiento que ella necesita y las obligaciones laborales que no podrá dejar de lado.

Pribar intenta por todos los medios escapar de los golpes bajos y los lugares comunes que presenta una historia arquetípica de enfermedad terminal y afronta ese riesgo de trabajar al filo de la navaja para que la historia no caiga en una mirada previsible.

Si bien el guion no le otorga grandes posibilidades al ceñirse a una narrativa que respeta un esquema sumamente tradicional, la dirección de Pribar brinda una  mirada contenedora a sus personajes y encuentra matices en los diferentes procesos por los que Asia atraviesa tanto desde lo filial, lo laboral, como de sus propias contradicciones personales.

El contrapunto con su hija, quien a su vez sostiene una lógica rebeldía al ver sus rituales adolescentes interrumpidos por la enfermedad y la necesidad de anteponer situaciones de riesgo para sentir bien presente la pulsión vital frente a un halo de muerte, permite mostrar el talento de ambas actrices que transitan diferentes emociones con suma sutileza.

Sus mundos dialogan tanto como chocan y ese delicado equilibrio que deben construir se transforma en uno de los puntos más interesantes de una historia, que por más que respeta todos los cánones tradicionales, logra captar el interés con una historia bien contada.

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