Por Marcelo Cafferata
Consentimiento = Enunciado, expresión o actitud
con que una persona permite o acepta algo.
La nueva obra de la inglesa Nina Raine, de quien ya en su momento conocimos “Tribus”, vuelve a poner el dedo en la llaga y a confrontarnos con nuestras propias miserias, los prejuicios y la parte más miserable que habita en cada uno, como eje de ciertos dilemas éticos que se atraviesan cotidianamente, muchas veces, sin medir las consecuencias.
Todo comienza en una cena de amigos y colegas (la mayoría son abogados) donde por temas propios del entorno laboral aparece el caso de una mujer que ha sido violada el mismo día de la muerte de su hermana por un allegado a la familia. ¿Dio su consentimiento? ¡Qué importa! Estaba borracha, es de una clase social baja, no ha podido contratar su propio abogado y su relato tiene algunas grietas mínimas por las cuales, con algunos artilugios legales, una violación se convierte en una mera relación sexual ocasional.
Una de las tantas virtudes del texto de Raine es abordar un mismo tema desde miradas completamente diferentes, contrapuestas, con esa interpelación permanente que nos involucra y nos hace tomar partido. No solamente hay un fiscal que debiera ayudar a la víctima frente a un abogado defensor del demandado, sino que aparecen también otras voces posibles que hacen ver que la justicia -como otras tantas situaciones de nuestra vida cotidiana- depende de las potenciales versiones con las que un hecho pueda ser contado.
Una vez Instalada la duda, la verdad aparece como un concepto absolutamente manipulable, y justamente es ese juego de subjetividades el que nos muestra tan endebles a la hora de poder pasar de víctimas o victimarios de un momento a otro, según el cristal con el que se mire, y así es como el texto nos atraviesa por completo.
Si bien el caso jurídico nos invita a pensar en las posibles reparaciones frente a un daño y lo complejo que puede resultar conseguir un acto de justicia, la dramaturgia de Raine, se las ingenia para atravesar(nos) con su bisturí y plantear estos también temas en las entrañas de la intimidad de cada una de las parejas.
La infidelidad, los celos, las inseguridades, las compensaciones como potenciales actos equitativos y el conocido “ojo por ojo, diente por diente“ que disfraza a toda venganza de acto de justicia, se ponen a la orden del día en un texto que no se detiene, sorprende por su extrema lucidez y su capacidad de valerse del sarcasmo para ahondar dentro del dolor de cada uno de los personajes, con una mueca de sonrisa porque a pesar de lo profundo de cada planteo, la dramaturgia tiene la habilidad de contarlo todo con mucho humor.
Una vez más, la producción de The Stage Company, responsable de éxitos como “El curioso incidente del perro a medianoche“ o “Come from away “ vuelve a buscar la excelencia en una puesta que apunta directo a la perfección: una escenografía absolutamente creativa bajo el diseño de producción de Sergio Albertoni, la precisa adaptación del texto original incorporando modismos y referencias que acercan la historia a nuestra idiosincrasia y un elenco que conforma un ensamble compacto, donde cada uno de ellos tiene un momento particular para destacarse, hacen que “CONSENTIMIENTO” sea una de las propuestas más interesantes de la cartelera porteña.
Bajo la dirección de Carla Calabrese y Mela Lenoir, un elenco que ha transitado mayoritariamente por diferentes propuestas del teatro independiente y el mundo del musical, se entrega a un texto complejo transmitiéndole toda la pasión y el compromiso que la obra exige.
Diego Gentile, Mela Lenoir y Daniela Pantano entregan sólidos trabajos dotando a sus criaturas de la vulnerabilidad por la que cada uno de ellos atraviesa y aprovechan los momentos en el que cada texto les permite explotar y desplegarse. Alejandra Perlusky se luce disparando dardos envenenados, apoderándose del personaje que despliega cinismo e ironía en partes iguales dotándola del timing exacto para que sus líneas sean efectivas.
Sebastián Suñé se apodera de la fragilidad de un personaje que parece nadar en la indecisión y la incertidumbre, y Bruno Pedicone logra ponerse al hombro su personaje protagónico y explotar todas las vetas que le propone el texto, desde la seguridad del éxito profesional hasta su quiebre por temas de pareja que lo desbordan y le hacen perder su equilibrio.
Particularmente durante el primer acto, las intervenciones de Iride Mockert como la víctima en búsqueda de justicia (durante el segundo acto tendrá un papel completamente diferente con un toque de humor y desenfado) impactan como un pedido de ayuda con un grito desgarrador que atraviesa la platea.
“CONSENTIMIENTO” es un texto actual, osado, visceral que corre el velo de ciertos temas que se presentan descarnadamente en escena para dejar expuesta la condición humana en este grupo de personajes en los cuales, de una u otra manera, todos terminamos espejados.
“CONSENTIMIENTO”
Dramaturgia: Nina Raine
Dirección: Carla Calabrese y Mela Lenoir
Con Mela Lenoir, Sebastián Suñé, Diego Gentile, Alejandra Perlusky, Daniela Pantano, Bruno Pedione e Iride Mockert.
TEATRO MAIPO – Esmeralda 443 – Sábados 20.30 y Domingos 19.30 hs.