Tiempo de lectura: 8 minutos

Por Rolando Gallego

Este jueves llega a los cines Un bosque en silencio, de Alex Tossenberger , protagonizada por Iñaki Aldao, Antonella Ferrari, Lorena Vega y Carlos Kaspar y con las participaciones especiales de Víctor Laplace y Andrea Bonelli. Bonelli es una de las actrices más reconocidas por el público habiendo participado de grandes éxitos televisivos y obras teatrales que mostraron otro color interpretativo.

-¿Cómo supiste que querías ser actriz? Leí que al principio todo tenía que ver más con el Teatro Colón, la música…

-Yo empecé como bailarina, con mi ilusión de ser bailarina y en la escuela de danza del Colón. Y, bueno, no era buena, estuve cinco años y no era buena, y ahí tenés que ser, ¿viste lo que es la danza clásica? Es una cosa de una rigurosidad y si realmente no tenés el talento iba a ser así una de las miles mas. Entonces tuve un problema y tuve que dejar de bailar, porque tuve una tendinitis, algo totalmente solucionable, pero era operar, me dejaba de leer, yo en ese momento dije que sí, pero empecé a actuar a los doce años en el colegio haciendo Doña María de Las de Barranco, y que fue un personaje que realmente que lo sigo recordando, porque lo raro fue en ese momento, que a pesar de que yo no había estudiado, no había hecho nada, lo tomé con una pasión y con una seriedad, aparte un personaje tan fuerte y tan categórico dentro de la obra y fue un éxito. Yo tenía una maestra que le encantaba el teatro, entonces realmente la montó, ¿viste? estuvimos ensayando un montón, con mi vestuario y yo creo que eso tuvo que ver, porque ahí hubo algo donde yo me sentí muy cómoda y muy identificada con lo que estaba haciendo, y también relacionado con lo artístico. Y me parece que ahí, y ya en mi quinto año empecé a estudiar teatro, y ahí ya pasé a Gandolfo, y estuve unos cinco o seis años con él, y después ya empecé a hacer un montón de entrenamientos y ya empecé a actuar bastante joven también, por lo menos en televisión.

-La tele para una generación fue como una escuela también…

-Sí, y a mí lo que me pasó fue que se me hizo bastante fluido el tema de la tele, me fue fácil la tele, me empezaron a llamar, no tuve que pelear mucho, me empezó a pasar, y paralelamente empecé mucho con el teatro, después el cine, aunque yo empecé a trabajar en un momento en donde el cine argentino era malo, realmente malo y feo, lamentablemente, porque te diría incluso que quizás lo que más me llevó a mí al tema actuación fue mi pasión por el cine, por ver cine, como espectadora. Pero la verdad es que era un momento muy feo y me llegaron un montón de proyectos y a todos esos les dije que no, pero bueno así se fue armando mi carrera.

-La tele, digamos, te acercó al público, el teatro también, obviamente, pero en la tele hay algo muy inmediato y roles que tenían que ver con algo muy popular. Pero en el último tiempo estás haciendo cosas distintas, otro camino que tal vez tiene que ver con otras cosas, o  lo que pasa en esta película, el personaje, que uno puede decir, bueno, es un personaje, pero es el personaje que tiene la verdad y la conexión de esas dos familias, o lo que hiciste con Teoría King Kong, ¿es otro camino?

-La verdad siempre lo tuve y por suerte cambió mucho todo, porque ahora es muy fácil pasar de un determinado teatro más experimentado o independiente a hacer televisión y un éxito televisivo. Bueno, la televisión es lo que ya hoy no sé, porque aquí ya no sabemos qué es la televisión, ahora ya son las plataformas, pero en ese momento era muy difícil. Yo venía haciendo mucho teatro con Mónica Viñao, venía haciendo mucho teatro en lugares muy chiquitos, muy experimentales, haciendo teatro clásico, estuvimos en Japón haciendo una obra de Javier Daulte, es decir, venía haciendo todo un tipo de teatro y era muy difícil juntar a esa, para el afuera, no para mí, para mí era algo natural porque yo me alimentaba de eso también para el otro, pero para el afuera era muy difícil unir esa que hacía ese teatro en un  sótano, con todo el placer, con una protagonista de una comedia en televisión exitosa. Entonces, había algo ahí donde al afuera le costaba en un momento que claramente no sabían dónde encajarme. Pero el problema era para el afuera, no para mí en realidad, porque para mí era lo que me pasó siempre, así fue mi carrera y así sigue siendo. Siempre tuve proyectos personales, siempre tuve autogestión, canté, hice espectáculos cantados, bueno, y sigo en lo mismo. Para mí es lo que me ha sostenido, a pesar de lo difícil que puede ser esta profesión, lo que me ha sostenido siempre es la autogestión, es el proyecto personal.

-¿Qué pasa cuando hay que elegir roles, no cuando vos lo gestionas, cómo hacés?

-Lo tengo que sentir, me parece que es algo más orgánico, me parece que es algo que me pasa por el personaje, por el proyecto, por el director, el elenco, con quién me va a tocar intercambiar, por el mensaje, por dónde me identifico, ahí es donde me puedo comprometer o no, hay cosas que no me interesan al más mínimo, desde ningún lugar, y hay cosas que por ahí, las más difíciles son esas cosas que tenés que tomar esas decisiones.

-El otro día dialogando con la actriz Mariana Digirolamo me dijo que ella elige los roles por lo que siente en la panza…

-Es que el primer momento es la panza, pero después siempre hay un, estará bien esto, porque también hay un lugar donde, en mi caso, yo he pecado de no a veces, y en algunos momentos he dicho, pero esto, ¿no? ¿Por qué no lo hice, no? Porque, no sé, también, porque viste esas cosas que a uno le pasan, y me he planteado algunas veces cosas que no he hecho, te diría que más que las que he hecho, en general terminó haciéndole caso a la panza. Porque por más que viste que de afuera te venga, siempre es la panza. Cuando la panza es no, es no. La realidad también es esa.

-¿Qué pasa cuando el sí, además, va acompañado de algo revolucionario como fue Teoría King Kong?

-Nosotras se rompimos el fuego con eso, donde no sabíamos qué iba a pasar. Yo cuando me convocan, ese es un proyecto de Alejandro Tantanian, y también convocaron a Mónica Viñau pensé que iba a ir para una de las salas más chicas del Teatro Cervantes, y pensé qué bueno, qué lindo. Cuando me dicen la Sala María Guerrero, me asusté y pensé ¿qué vamos a hacer con la sala vacía? y no solamente fuimos las primeras, sino que a mí me tocó ser la primera de las primeras. Yo arranqué el primer día. La sala estaba llena porque fue antes de la pandemia y por suerte lo pudimos hacer en la sala completamente, localidades agotadas. Pero era salir a esas salas de escenario con esa cantidad de gente sin saber realmente lo que iba a pasar con ese texto, con esa modalidad de semi montado, semi leído. Realmente fue salir a un vértigo. Y después, bueno, a ver el resultado, de hecho, fue tan positivo el resultado que después se reformuló, se siguió haciendo en otros lugares, se decidió en ese momento hacer cambio de actrices para que pudieran participar otras actrices también. Me acuerdo que nos encontrábamos con otras actrices ensayando, porque terminaba de ensayar una y empezaba la otra, con Mercedes Morán y Solita Silveyra , y fue romper el fuego y fue una experiencia que me marcó a mí en muchos sentidos, porque también todo lo que yo ahora estoy gestionando de alguna manera para mis próximos proyectos en teatro tienen que ver una propuesta más con lo performático. En este caso, yo no puedo alejarme de la música, porque a mí la música me encanta, entonces también va a estar incluido lo musical, pero yo tengo ganas de ahora, como actriz, de investigar eso, de ir por ese lado.

-Vamos a la película, tu personaje tiene una escena clave y un discurso que resignifica toda la historia. También eso es interesante, ¿no?

-Totalmente. Y en parte, un personaje con mucha ambigüedad también, porque pertenece a una clase que ya de por sí, también es una clase que puede llegar a estar estigmatizada, porque yo conozco gente también que tiene campos en el sur y propiedades, y hay gente que esté muy consciente de lo que está pasando y no está parada en ningún lugar de discriminación, todo lo contrario, está totalmente aceptando la situación e incluyendo lo que está sucediendo con los pueblos originarios y todo eso. Pero bueno, siempre, por lo menos desde acá, escuchamos una sola campana, que es la que nos cuentan y que es la de los malos que tiene que ver con gente que es totalmente discriminada y marginada y muy injustamente. Entonces, es un tema muy delicado. Creo que la película lo trata con mucho respeto. Pero a mí en este caso me toca estar del lado de la terrateniente cuestionada. Pero no puedo spoilear porque no puedo decir qué, pero es un personaje con una ambigüedad que fue lo que me resultó más interesante del personaje.

-¿Con Víctor habían trabajado antes?

-Sí, habíamos trabajado.

-¿Y fue el reencuentro?

-Sí, hacía muchísimo que no trabajábamos.

-Qué bueno eso, ¿no?, de reencontrarse con compañeros…

-Es muy lindo reencontrarse con compañeros, hay algo también como de familia, y a mí siempre me da mucho placer encontrarme con compañeros, con los que he trabajado y que ya no solamente forman parte de tu vida,  sino que también forman parte, pero de otra vida,  porque la vida es todo, el tiempo cambia tanto. Entonces, es como, es lindo también esos encuentros y después la posibilidad de trabajar con actores jóvenes, talentosísimos, con tanto talento y con tantas ganas y eso también siempre es alimento para los actores, las actrices que ya venimos trabajando hace muchos años.

-¿Sos de verdad tus trabajos? ¿Te gustan? ¿No sos muy crítica?

-Antes me encantaba, ahora cada vez menos. Antes sí, tenía como una necesidad de ver lo que estaba haciendo y ahora, no sé, creo que me gusta más como que sea lo que sea.

-¿Pero no elegís verte, pero por ejemplo, si hay algo que está pasando en la tele o alguien te escribiste en redes sociales?

-No,y aparte me parece realmente que las personas cambiamos tanto que yo ya hay algo donde me reconozco, pero algo donde tampoco me reconozco, porque era esa en ese momento, era yo hace diez años, era yo hace cinco años, hace dos años. Por eso es muy difícil cuando ahora que hay mucha producción afuera y te piden a veces material y todo esto. Es muy difícil seleccionar material porque yo ya no soy ni siquiera la de hace seis meses. Y mi intención siempre es cambiar y crecer. Y poder encontrarme con otras cosas mías como actriz. Ir por otros lugares, salir de los encasillamientos. Entonces, es un trabajo también ese.

-Se estrena la película y ahí me decís que estás preparando algo de teatro…

-Estoy con proyectos de teatro. Uno que se está armando, que es bastante difícil, porque es una coproducción, es un proyecto precioso, tengo muchas ganas de contarlo. Es sobre unos cuentos de Borges y el otro es un proyecto que yo quiero hacer, que a mí me entusiasma mucho, que es sobre un libro que se llama Los Montes de la Loca, que escribió una escritora que se llama Marisa Wagner, que no es nada reconocida, es una periodista que falleció hace unos años, escritora, después se recibió de psicóloga. Es una mujer con una inteligencia, una sensibilidad, y estuvo muchos años internada en la Colonia Montes de Oca y desde ahí escribió ese libro, que es un libro de poesía, donde trata de la locura y la situación de, entre comillas, loco en la sociedad, pero con un nivel poético y con una sensibilidad, que es un tema que yo tengo muchas ganas de trabajar con ese material. Y aparte quiero que ella se conozca, porque me parece que es una escritora y es alguien que ha aportado mucho con ese libro a la cultura. Realmente es un planteo social muy fuerte el que yo hace.

-¿Y llegaste a conocerla?

-No, he tenido relación con la hija, pero es algo que quiero llevar adelante. El otro está más avanzado, el otro también es más difícil, pero bueno, estamos ahí, estamos en eso.

Compartir en: