Por Marcelo Cafferata
El nuevo trabajo del director Martin Viaggio, firmado en plena pandemia en diferentes locaciones de la provincia de Mendoza, cuenta a través de un relato que utiliza herramientas simples y nobles, la historia de un hombre diagnosticado con una enfermedad terminal.
“CUANDO YA NO ESTÉ“ tiene como personaje central a Arturo (Gustavo Garzón), un ingeniero que, a sus 65 años, es diagnosticado con una enfermedad terminal por la que aparentemente le quedan muy pocos meses de vida. Su historia familiar se completa con su esposa (Noemí Frenkel) con quien mantiene un matrimonio algo rutinario, pero al mismo tiempo equilibrado, y a medida que se devele la historia, veremos que hace ya un buen tiempo que se encuentra distanciado de su único hijo, teniendo entre sus cuentas pendientes poder recuperar este vínculo.
El principal desafío que tiene Viaggio en su doble función de guionista y director, es poder contar esta historia de un enfermo terminal –que ha sido tantas veces contada en el cine-, sin caer en los clichés propios del género frente a este tipo de productos. Si bien se apoya en determinadas cuestiones que se modifican en la cotidianidad de Arturo a partir de conocer su diagnóstico y su necesidad de ordenar ciertas cuestiones personales y económicas frente al impacto de esta noticia, rápidamente la película tuerce el rumbo de lo previsible utilizando un personaje secundario a cargo de Marcos Woinsky (el misterioso señor Cánepa), que le propone abordar su enfermedad desde un punto de vista diferente con un tratamiento innovador.
De esta manera, Viaggio encuentra un camino alternativo a la típica película de enfermedades en donde el protagonista intenta cumplir con su lista de pendientes, trabajando con un guion que propone un abordaje poco frecuente: la enfermedad como camino y la oportunidad de hacer un cambio para encontrar una nueva forma de sanación.
A pesar de su falta de fe, Arturo emprende este viaje de autoconocimiento personal que irá descubriendo a través de sus silencios, sus observaciones y su reflexión: una nueva forma de abordar sus vínculos. Si bien no comparte con su esposa el diagnóstico desde un primer momento, el vínculo con ella se irá modificando pero por sobre todo, aparecerá la necesidad de retomar contacto con su hijo tratando de comprender y aceptar el motivo por el cual anteriormente se habían distanciado. La posibilidad de ir curando esas heridas y de reordenar su presente, le ofrecen la posibilidad de transitar una nueva perspectiva que, quizás, sin este diagnóstico, jamás hubiese descubierto.
Gustavo Garzón tiene la posibilidad de lucirse en otro gran protagónico que le calza a su medida (después de su fantástico personaje en “El Monte“) y vuelve a brillar en un personaje sereno e introspectivo. A través de un guion simple, pero profundo, Garzón construye su personaje con honestidad, y logra una excelente conexión en las escenas con Frenkel, a quien le toca un papel con menos matices, pero que sin embargo, aprovecha con todo su talento.
“CUANDO YA NO ESTÉ“ permite abordar el tema de la muerte, el duelo y las despedidas de una forma distinta con una propuesta que se nutre de ciertos elementos oníricos y hasta fantásticos, para intentar desmarcarse del camino que suelen tomar mayoritariamente los personajes que transitan un diagnóstico terminal. Lo más interesante y positivo, es que Viaggio logra que su propuesta cumpla ese objetivo.