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Por Rolando Gallego

Luis López Carrasco ofrece una semblanza de la España actual a partir de testimonios capturados en el bar Cartagena (Murcia) en donde a las acaloradas discusiones y debates se les suman ideas posibles sobre el presente de un pueblo.

Por momentos López Carrasco multiplica su propuesta, la que, con el punto de partida los conflictos políticos, sociales y sindicales que se vivieron en Murcia en 1992, un año recordado por muchos como el de la gran Expo 92 y los 500 del descubrimiento de América, termina por configurar un dialogo con la España de hoy en donde el trabajo, la vida, el dinero, todo, se ha perdido.

Dividiendo la pantalla en dos, con un montaje paralelo que por momentos hace dialogar cada segmento de las escenas, en la acumulación de anécdotas se consolida uno de los trabajos documentales más interesantes de los últimos tiempos.

Niños forzados a trabajar, hombres que casi pierden sus pies por un esfuerzo sobrehumano para ganar el dinero, niñas de seis años que desafían la autoridad y conocen en detalle el proceso de menudeo de drogas y estupefacientes, sólo algunas de las ideas que comienzan a resonar en la cabeza del espectador.

Y mientras continua avanzando en la presentación de personajes y temas, en la reconstrucción de un momento específico de la historia local, pero que en realidad se universaliza, más allá de cualquier detalle, El año del descubrimiento habla de profundos procesos de transformación que terminaron por impulsar una nueva organización neoliberal del trabajo que, como dice uno de los testimonios por allí “el futuro del buen trabajo es para los que se encuentran entre los 40 y los 60 años, y el malo para los menores de 40”. Contundente.

En un momento en donde la precarización y flexibilización pone en evidencia las diferencias y la profunda grieta entre la clase alta y las que vienen por debajo, en la recuperación de charlas y testimonios, al calor del alcohol, las tapas y los cafés, se desnuda la vulnerabilidad de muchos y la potencia de la sapiencia popular, que continua luchando para tener el lugar que merece.

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