Por Rolando Gallego.

Inscripta en una serie de productos audiovisuales inspirados en historias reales de disidencias dentro de grupos étnicos particulares, Poco Ortodoxa (Unorthodox) es la miniserie suceso de Netflix que desanda los pasos de una joven que se libera de las ataduras de la religión y descubre una nueva vida.
Éxito instantáneo en cada uno de los países en los que Netflix incorporó esta miniserie de cuatro episodios creada por Anna Winger (Deutschland 78) y Alexa Koralinski, la historia de Esty, basada en la vida real de Deborah Feldman, que se plasmó en Unorthodox: The Scandalous Rejection of my Hasidics Roots, atrapa más allá de algunas obviedades, subrayados y recursos propios del melodrama.
Protagonizada por la actriz israelita Shira Haas (Shtisel), su interpretación de Esther es tal vez el punto clave para que en esta historia ya contada muchas veces, y que tuvo su punto más alto en relatos como “Yentl”, en donde Barbra Streisand debía travestirse para poder estudiar, o locales como “El rey del once”, que desnudaba la vida de la comunidad judía de once con personajes ultra ortodoxos, algunos, la atención no se pierda.
Por momentos telenovela, por momentos cuasi documental, Poco Ortodoxa nos habla de una mujer a la que las tradiciones, siendo aún una niña, le imposibilitaron cumplir con sus verdaderos deseos, y pese a esto un día decide saltar el océano para descubrir otra manera de vivir.
Esty es pequeña, pero tiene vivas de manera muy grande, sus ganas de aprender, de cantar, de tocar el piano, de amar. En medio de reglas, tradiciones, obligaciones, se las ingenia para cumplir con algunas de sus metas, hasta que, claro, se le impone que contraiga matrimonio.
Narrada en dos tempos, el de Esty en Nueva York, Williamsburg, más precisamente, donde habita una gran comunidad judía ortodoxa, y otra en el lugar, que no vamos a revelar, en el que, luego de tomar la arriesgada decisión de abandonar todo, comenzará una nueva vida.
El sexo, las costumbres, las manías, los mandatos, Poco Ortodoxa narra cada uno de los detalles que llevaron a Esty a liberarse, pero no la muestra nunca como una víctima, y esa también es una virtud, al contrario, la muestra como una niña perdida en medio de la religión de los otros sin saber aún qué desea para ella.
En ese nuevo lugar, hay una escena en la que se introduce en un lago con ropa y se quita su peluca obligatoria para que no se le vea el pelo (renacimiento, bautismo), y otra en la que come un sándwich con jamón, creyendo que va a morir (mandatos ejerciendo violencia sobre ella y su organismo), son motivos que funcionan como conectores con el personaje, haciéndolo cercano, amigable, entrañable, la queremos defender de todos y todas.
La relación con su abuela, el redescubrimiento de ella como mujer, como joven deseante, que mira a Robert (Aaron Altara) y sabe que otra vida es posible, esa brújula que la acompaña en su nuevo andar, sus gritos debajo de un puente, son solo algunos de los destellos de una mujer que decidió cambiar su asfixiante vida, por otra luminosa, con música, con amigos, en una nueva vida que le será difícil de conservar ya que el pasado se le presentará una vez más para decirle que no es libre y que debe ser “atada” nuevamente.
POCO ORTODOXA disponible en NETFLIX