
Por Marcelo Cafferata

El movimiento de nuestro cine cordobés sigue dando que hablar, con nuevos frutos y propuestas diferentes. Ahora llega la hora de “LOS INOPORTURNOS”, la ópera prima de Ismael Zgaib con el protagónico de Santiago Zapata (otro gran rol después de “Los desobedientxs” y “Los hipócritas”) con ese antihéroe de vida gris, al que parece llegarle el momento de cambiar la suerte.
José María (Zapata) acaba de renunciar a su trabajo y luego de la despedida que le hacen sus compañeros, tomará ánimo para invitar a salir a su excompañera, Laura a salir a tomar algo. Luego de una accidentada llamada, logran combinar un horario de encuentro y a partir de ese momento, como en un “Después de hora” scorsesiano, todo lo que puede complicarse y empeorar la situación: sucederá.
Así aparecen en su departamento tres amigos de la oficina que también quieren festejar su renuncia, su hermano en busca de la herencia de su padre que les permita salir de ciertos aprietos económicos, su exnovia que ahora es vecina en su propio edificio, su hermana con problemas de pareja, una madre posesiva… y hasta un perro perdido, mientras el tiempo para prepararse para la cita sigue corriendo.
José María creía tener finalmente su oportunidad, su momento de romper la timidez y la inseguridad, pero la invasión de personajes dentro de su departamento, lo va complicando todo, y es el vehículo para que Zgaib aproveche para imprimir un ritmo de comedia sostenido que apunta a las situaciones disparatadas, pero a diferencia de otras propuestas, el registro que él propone desde la dirección es un tono sin estridencias ni desbordes sino todo lo contrario: la acumulación de situaciones va generando un clima caóticamente divertido sin que haya necesidad de subrayar ninguno de los acontecimientos.
Nuestro antihéroe sigue viendo como su departamento es invadido por situaciones que lo desbordan sin poder poner un límite y sin poder contarle a nadie lo que le está pasando, para buscar ayuda. Éste es justamente un tono que Santi Zapata maneja a la perfección y que es la clave para que todo el relato se torne creíble y como espectadores tengamos ganas de acompañarlo y que la serie de sucesos desafortunados se vaya resolviendo favorablemente.
A la chispa que le pone Ismael Zgaib para manejar ese cúmulo de situaciones se suma una excelencia en los rubros técnicos y sobre todo, un diseño de arte que sorprende ya desde los títulos de apertura. Tonos pasteles tanto en la escenografía como en el vestuario, personajes mimetizándose con el ambiente y una importante cantidad de detalles en la puesta que van fortaleciendo esta ingeniosa ópera prima, hacen que “LOS INOPORTUNOS” no solamente sea una comedia enteramente disfrutable sino que además deslumbre desdeuna propuesta diferente que en poco más de una hora logra delinear bien a sus personajes y producir momentos que intentan escapar de las convenciones.
Zgaib y su coguionista Nicolás Abello nutren, tanto al protagonista como a cada uno de los secundarios, con diálogos cargados de mucha ironía pero sobre todo de absurdo -que inteligentemente quedan enmarcados como si fuese una situación natural y cotidiana- lo que se nutre con una puesta que tiene algunas referencias temporales pero que también invita a una posible atemporalidad y a una geografía “indefinida” que le da la posibilidad de sea ésa o cualquier otra ciudad.
Originalidad y frescura para una ópera prima que sabe desmarcarse de la reciente producción nacional con una propuesta completamente diferente y muy bien lograda desde la producción y sobre todo desde un elenco completamente sincronizado, afinado y dispuesto al juego.