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Por Luis Kramer.

Ganadora de los premios a la mejor dirección y al mejor guión en la última edición del Festival de Cine de San Sebastián y de dos Premios Goya (mejor actriz y mejor sonido) este film codirigido por Aitor Arregi, Jon Garañao y Jose Mari Goenaga se centra en la historia de vida de un topo, recibiendo ese mote las personas que vivieron ocultas tras la Guerra Civil para escapar a la represión franquista.

El personaje central Higinio (brillante Antonio de la Torre) debe permanecer oculto 33 años en una especie de sótano camuflado detrás de un zócalo para luego trasladarse a otro escondite un poco más amplio en la casa de su padre.

Acompañado por su mujer Rosa, a la que Belén Cuesta dota de todo su abanico de recursos interpretativos, atraviesan las más de tres décadas mientras la vida transcurre afuera desafiante y amenazadora.

Recién en 1969, y con la llegada de la amnistía, Higinio deberá luchar contra sus fantasmas internos y sus temores fundados, para intentar reconstruirse desde una nueva perspectiva que alumbre su presente.

Memorable alegato a favor de la resistencia humana, La Trinchera Infinita nos ofrece la inclaudicable postura de su protagonista decidido a permanecer con sus ideales políticos intactos en resguardo de su vida y la de su familia.

La dupla protagónica y casi excluyente De la Torre/Cuesta nos regala momentos maravillosos de amor, asfixia, resignación, esperanza, venganza, sufrimiento y todo lo que humana y posiblemente se pueda esperar de criaturas expuestas a semejante desafío coyuntural.

Los cambios de década han sido ilustrados con precisión, mérito del diseño de producción de Pepe Dominguez del Olmo.

La película puede visualizarse a través de la plataforma Netflix.

POR QUE SI:

«Memorable alegato a favor de la resistencia humana»

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