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Por Marcelo Cafferata

Así como “Amor Moderno” puso en la pantalla de Amazon Prime un puñado de historias de amor en formato de serie y “Love, Actually / Realmente Amor” del brillante Richard Curtis marcó un antes y un después en la presentación de un collage de relatos contemporáneos en torno a las diversas formas del amor, el formato romántico coral, sigue siendo uno de los más buscados.

Pero para que la receta logre su objetivo, es sumamente importante nutrirse de una pluma creativa y sensible que logre montar, dentro de una misma estructura, diversas historias que se entrelacen entre sí. En “AMOR, BODAS & OTROS DESASTRES” el guion escrito entre el propio director, Dennis Dugan y Eileen Conn (con alguna trayectoria en el mundo de las sitcoms), lamentablemente no encuentra historias atractivas para contarnos y menos aún lograr cohesión entre ellas en un relato armonioso.

Dennis Dugan tiene en su haber muchas realizaciones en el terreno de la comedia, pero su registro se encuentra más ligado al humor de Adam Sandler a quien dirigió en “Jack and Jill” “Happy Gilmore” “No te metas con Zohan” o “Un papa genial” y la tarea que debe abordar, en este caso requiere de una sutileza y un timing diferente. Desde las primeras escenas podemos apreciar que trabaja como en otra sintonía, un esquema que no beneficia al aire de comedia romántica que debiese imprimirse en un producto de este estilo.

La primera historia que se nos presenta es la del “desastre” del título: el personaje de una “arruinadora de bodas” (Maggie Grace) que por accidente destruye una boda soñada y se hará famosa por culpa de la viralización de un video que ha dejado registrado el fatídico accidente que echó todo a perder.

Ella finalmente se redimirá siendo la wedding planner de un  candidato político de Boston cuyo hermano, por otra parte, está formando parte de un reality show en el que parejas desparejas se disputan por seguir unidas (literalmente unidas por medio de esposas atadas a una cuerda!) y ganar el premio mayor.

No sólo la historia de la participación en el reality no tiene la más mínima cohesión con el resto y está  completamente fuera de tono sino que, como si esto fuera poco, tenemos la de un guía en un micro-anfibio de los típicamente bostonianos que sigue buscando a su “Cenicienta” que alguna vez subió a su micro y de la que quedó absolutamente enamorado (buscar a alguien en tiempo de redes sociales como en la comarca del siglo XVIII es realmente increíble), otro relato que tampoco encaja con el resto, pero que por obra de un guion olvidable, calzará con enorme dificultad en el producto total.

¿Qué es entonces lo que hace que uno trate de ver “AMOR, BODAS Y OTROS DESASTRES” hasta el final? Que, inteligentemente, una de las historia reúne en pantalla a dos actores que, hagan lo que hagan, resultan atractivos. Ellos son Diane Keaton y Jeremy Irons que, indudablemente, marcan lo mejor de una película que naufraga en todos sus intentos.

Con ellos se plantea una pequeña historia de un amor maduro que podría haber hecho la diferencia pero, lamentablemente, se transforma en un capítulo  completamente lleno de clichés y situaciones torpes que, en manos de otros guionistas, podrían haber tenido un mejor rendimiento.

El personaje de Keaton ha quedado ciega por un accidente y le demostrará al de Irons, un obsesivo compulsivo y perfeccionista de manual que organiza fiestas con un nivel de excelencia superior y llenas de detalles suntuosos, que hay cosas en la vida que él tampoco puede ver con su “ceguera selectiva” y lo impulsará a que vuelva a caer en los brazos del amor, que venía esquivando sostenidamente.

Keaton está fresca y radiante como siempre y hace una hermosa pareja con Irons que logra un toque flemático dentro de la comedia con su presencia, pero ninguno de los dos puede salvar las fallas de un guion que parece escrito por principiantes y que no les da oportunidad de lucimiento, sino que, por el contrario, los hace atravesar situaciones completamente inverosímiles.

Todo desemboca, por supuesto, en un lugar común donde se encontrarán todos los personajes que es la boda del título, un elemento argumental tan precario como hacer subir todos a un mismo avión o si se encontrasen todos en un recital. Daba absolutamente lo mismo, porque las historias confluyen forzadamente en este punto común que no los contiene sino que los agolpa, reuniendo hacia el final a todos los relatos sin que ninguno de ellos haya tenido ningún impacto en particular. 

Aplicar el ritmo de comedia de Sandler a un producto de este estilo claramente es un error, pero no es más que uno del cúmulo de desatinos que tiene “AMOR, BODAS & OTROS DESASTRES” que perfila a ser uno de los productos más fallidos estrenados en esta cartelera tan alicaída.

POR QUE NO:

» Película que naufraga en todos sus intentos «

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