Por Marcelo Cafferata
“RED” es la nueva película de Pixar, primera del estudio dirigida por una mujer, Domee Shi quien ya había dirigido para la compañía el bellísimo corto “Bao” y que tiene la particularidad de tener una protagonista mujer (rasgo que no abunda en las producciones de Pixar), Mei, una niña de ascendencia oriental que vive en Toronto y acaba de cumplir trece años.
La historia se “desdobla”, ya desde la primera escena, en dos planos sobre los que la película irá trabajando a lo largo de todo su recorrido. Primeramente, el mundo adolescente de Mei, quien se presenta como una chica estudiosa, segura de sí misma, algo arrogante y amante de un espíritu libre, dispuesta a desafiar algunos esquemas familiares. Su mundo está centrado en su vida escolar, sus tres mejores amigas y un desbordado fanatismo por un grupo musical de cinco muchachitos llamado 4*Town que está por visitar la ciudad en pocos días. Tanto en el grupo musical como en el de las amigas de Mei, el guion compone grupos de personajes de etnia variada e inclusiva que permite además, trabajar con el concepto de diversidad, tan a tono con los tiempos que corren.
Por otro lado, “RED” presenta a Mei ya desde la primera escena en su contexto familiar, un clan marcado por las tradiciones y lo ancestral en donde ella tendrá como lema el hermoso mensaje de “honrar a los padres” por más que en este momento, su objetivo principal sea plantear su rebeldía.
Una mañana despierta y se da cuenta que frente a cambios bruscos en ciertas emociones se convertirá mágicamente en un panda rojo enorme, animal noble al que los orientales toman como símbolo de la prosperidad y que en este contexto, un cambio tan abrupto podría ser tomado como una metáfora de la pubertad y la sensación de cambios inmanejables en el cuerpo de Mei y de cualquier adolescente.
Luego sabremos que esto proviene de una leyenda familiar (que es contada a través de otra técnica de dibujo diferente, cargada de detalles y con un marcado espíritu oriental tanto en los colores como en las tintas utilizadas), una bendición que finalmente se transforma en inconveniente. Uno de sus antepasados, Sun Yee, ha pasado por lo mismo y esta situación se va repitiendo de generación en generación para permitir liberar la “bestia” interior y dejarla salir, tanto como aprender a domesticarla para dejarla encerrada en algún amuleto de los que portan las mujeres de la familia..
Como todo producto de Pixar, está muy presente el humor y la aventura pero fundamentalmente la novedad que representa “RED” dentro de las producciones del estudio es que no solamente trabaja sobre el vínculo madre-hija (tema que solamente fue tocado de alguna forma en “Brave-Valiente”) sino que habla de una familia matriarcal en donde la figura de la madre es una figura poderosa dentro de la familia, una dinastía femenina que aún signada por este “hechizo/maldición” del panda rojo, ha podido sobreponerse generación a generación y superar este “rito de pasaje” en plena adolescencia, lo que les ha dado mucha fortaleza.
Es interesante como la madre de Mei cambia su carácter cuando aparece su propia madre (la abuela de Mei) y toda su figura de rigidez comienza a resquebrajarse ante el mínimo señalamiento de que algo de lo que está haciendo no es lo correcto. “RED” fundamentalmente, nos habla entonces de los vínculos filiales, de pertenecer a un clan familiar, a lo que cada uno de nosotros hacemos por ser aceptados en nuestra propia manada y tratar de percibir nuestra propia experiencia de vida a través de lo que ha ocurrido en las generaciones familiares que nos precedieron y que van escribiendo la historia familiar.
Obviamente que la historia de autoconocimiento y aceptación que subyace en ese panda rojo que asusta y genera pánico al mismo tiempo que atrae con su peluda presencia y con el que todos se quieren sacar fotos (Mei aprovecha de esta forma para juntar fondos con sus amigas para ir al recital de sus ídolos en uno de los pasajes más divertidos de la película), está contada con mucho humor y alejada de cualquier sermón sobre mandatos familiares.
La familia, la amistad y la unión como fuerza poderosa para mover el alma es uno de los mensajes más tiernos de “RED” donde, lejos de la imagen de chica perfecta que se impone socialmente, Mei logra entender quién es y de dónde viene. Ese es la llave que le permitirá encontrar lo que estaba buscando: ser libre y feliz, honrando a sus ancestros.