Por Marcelo Cafferata
La nueva película de Marcel Barrena, “MEDITERRANEO” logró estar nominada a 7 Goya en la edición 2022 y fue ganadora de tres de ellos en los rubros técnicos (Mejor canción original, Mejor Dirección de Fotografía, Mejor Dirección de Producción) aunque eclipsada –injustamente?- por “El buen Patrón” que también forma parte de la muestra de este festival (Reseña en: https://ludiconews.com.ar/espanoramas-2022-el-buen-patron/)
Barrena toma el desafío de poner en pantalla un tema absolutamente sensible como es el de la gente que escapa de sus países en guerra y en conflicto, huyendo del hambre y de la precariedad, cruzando ese mar inmenso que da nombre al film, para acercarse a las costas griegas como puerta de entrada a esa Europa que parece prometer una nueva vida.
Atravesar las aguas del Mediterráneo no sólo supone el peligro del mar abierto propiamente dicho, sino que el riesgo se potencia con lo que implica esa inmigración ilegal con más la precariedad con la que cruzan las grandes aguas, totalmente faltos de protección y de seguridad en un bote inflable superpoblado en donde se encuentran mujeres, niños, adultos mayores y jóvenes en condición absolutamente desesperada.
Barrena pone el ojo en la vida, las motivaciones, las contradicciones y los conflictos internos de ese grupo de socorristas españoles que se acerca a la isla de Lesbos para prestar su ayuda, aun poniéndose abiertamente en contra de la gendarmería local y arriesgando sus propias vidas. Esta será la génesis de la ONG que hoy se conoce como “Open Arms” y aquí vemos reflejados sus primeros pasos en la taberna To Kyma, hoy icónica dentro del movimiento y como principal punto de operaciones para una organización que ha logrado entre 2015 y 2020 salvar la vida de más de 60 mil inmigrantes refugiados.
Lo que llama poderosamente la atención del trabajo de Barrena es que no cae ni en el didactismo ni en el adoctrinamiento. Habla a través de sus personajes, de sus objetivos, sus motivaciones: los pone a trabajar dentro del contexto que describe, a modo de documento de la época, sin necesidad de pancartas políticas ni discursos ampulosos. Describe en imágenes completamente contundentes, una realidad insoslayable y pone su cámara al servicio de poder mostrar y sensibilizarse con una realidad a la que sólo parecemos prestar atención cuando aparece, esporádicamente, en la tapa de alguna revista y que pasará desapercibida frente a la próxima noticia de moda.
A la cabeza de este grupo de trabajadores que se pone a disposición de perseguir un fin social que los convoca, Eduard Fernández es Oscar, y nuevamente brilla en uno de los mejores trabajos de su carrera. Lo acompañan Dani Rovira (quien ya había trabajado junto a Barrena en “100 metros”), Anna Castillo (en el papel de su hija que suma al relato, la tensión del vínculo familiar irresuelto) y dos personajes secundarios a cargo de Sergi López, Álex Monner y Giota Festa como la dueña de la famosa taberna.
Una pequeña fábula de tres ciegos frente a un elefante que cuenta uno de los personajes es un símbolo claro de lo que “MEDITERRANEO” intenta expresar: ver el todo, juntar las fuerzas y no construir a partir de miradas parcializadas y solitarias que sólo pueden aportar una mirada incompleta del problema. En ese sentido, el relato de Barrena se alza como una voz potente, inconfundible con un fuerte alegato que queda como documento cinematográfico único.
MEDITERRANEO
de Marcel Barrena
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