Por Rolando Gallego
En su primer protagónico, Toto Rovito, tuvo a Dolores Fonzi de compañera delante y tras las cámaras de Blondi, que llega este jueves a los cines. Por acá define cómo fue trabajar con ella.
-¿Cómo hicieron para trabajar entre ustedes ese vínculo tan hermoso que vemos en la pantalla?
-El primer ensayo fue en el supermercado.
-¿Qué compraron?
-Golosinas, chocolates, gaseosas, papas fritas, todo para un cumpleaños de la hija de Dolores.
-¿Fuiste al cumpleaños después?
-No, pero este año casi voy a la pijamada. Sí, es verdad. Volviendo a la pregunta inicial hubo un mes de casi convivencia con Dolu.
-¿Cómo es como directora?
-Para mí fue increíble. Igual creo que es una opinión colectiva de todos los que fuimos parte del proyecto, porque un director no solamente está como viendo las cosas técnicas de la filmación o corrigiendo actuaciones, sino que también es como un líder anímico y emocional para el equipo. Y eso en Dolores se veía todo el tiempo que había buena onda y había disfrute y había ganas de hacer lo que estábamos haciendo y había convicción de que estábamos haciendo algo lindo y algo bueno. Y yo creo que todas las personas del equipo estaban convencidas de que eso estaba pasando y creo que esa sumatoria de sensaciones de toda la gente hacen que el producto se vea así y se sienta de esa manera. Además de todas esas responsabilidades que tiene un director, que son las técnicas, esa otra responsabilidad creo que fue como una perla en el rodaje y personalmente yo siento que me allanó mucho el camino y me facilitó mucho algo que para mí era un desafío y un miedo en algún punto también de tener que bueno está ya quedaste ahora tenés que estar a la altura como que toda la parte de convivencia previa para mí fue como ya llegar con otra sensación el rodaje.
-¿Tenías miedo? ¿Cuál era el principal miedo?
-No sé si miedo es la palabra correcta. Era un desafío y sentía que tenía que estar a la altura y me estaba exigiendo a mí mismo, me quería exigir a mí mismo estar a la altura de eso. Y la verdad es que exigirse a uno mismo a algo así también puede ser complicado y se necesita ayuda externa, además de alguien como Dolo que tiene un montón de experiencia, talento y trayectoria en el cine, tener esa oportunidad para mí de trabajar con ella y aprender todo lo que aprendí fue fantástico.