
Por Rolando Gallego

Irene y Zew Kuten son los impulsores de Zew, una como directora, y el otro como protagonista, hija y padre embarcados en una propuesta cinematográfica que revela el lado más oscuro de la humanidad, mostrando cómo Zew intenta contarle a sus nietos su pasado en un campo de concentración. Con ellos hablamos para saber más detalles de esta película que ya se estrenó.
¿Sensaciones por el estreno?
Irene Kuten: Muy emocionados, empezamos el proyecto hace tres años, es una historia que quería contar hace tiempo, fui pasando por varias ideas sobre cómo hacerla, y concretarla es emocionante.
ZK: Emoción, alegría, asombro, es difícil resumir en una palabra.
Cuando Irene te propuso hacer la película ¿qué fue lo primero que pensaste?
ZK: Me gustó la idea, quise participar, trabajamos juntos, ella confeccionó el guion y me pareció muy buena.
¿Cómo surgió la idea que finalmente vemos en Zew?
IK: Siempre me pareció una historia épica, y que era importante darle una vuelta para transmitir en algo más y transformar esa historia para que tenga que ver con el hoy, un relato de advertencia, de atención, le dimos vuelta, lo escribimos, lo aprobó el INCAA, fuimos a Italia a filmar escenas en donde él estuvo confinado y al volver surgió la pandemia. Durante ese tiempo con el equipo tratamos de encontrar la mejor manera para contarla.
Y ahí apareció esta idea de atravesarlo con su encuentro con nuevas generaciones y migrantes…
IK: Sí, y la idea de la transmisión, pero principalmente la idea de la memoria, cuando vi hace años La vida es bella sentí que había allí una romantización de una tragedia, por eso acá yo busqué darle un tinte de ternura con los nietos sobre la historia del abuelo, haciendo base en la necesidad de la memoria.
¿Qué significa para vos la memoria?
ZK: Algo importante, la memoria como no olvidar, en contraposición al olvido, lo nefasto del olvido, la importancia de recordar y transmitir, narrándola con detalles a lo largo del tiempo. La memoria no garantiza pero es una búsqueda de no repetición.
¿Da miedo olvidarse?
ZK: Nunca tuve miedo de olvidarme, si sana, es mucho, si duele, duele, pero a lo largo del tiempo uno va construyendo otras cosas sobre esa base, pero esa base no mina lo que uno va construyendo, es parte, y eso permite una forma de relacionarse, de hecho conocí a muchos migrantes, y no creo que sana o que duele, sino que transcurre.
IK: Yo empecé diciendo que admiraba esta cosa épica, pero en realidad lo que admiraba la capacidad que él tiene y tuvo para encontrarle sentido a los recuerdos, que eso fue aplicado para la película.