
Por Marcelo Cafferata

Irse lejos es volver muy cerca
La fundación DAC (Directores Argentinos Cinematográficos) hace algunos años había comenzado el proyecto “El cine argentino va a la escuela” que, buscando fortalecer el vínculo de niños y adolescentes con el cine nacional, pudo instalar la presencia de una pantalla de cine en espacios geográficos y económicos adonde no llegan los sistemas tradicionales de exhibición cinematográfica por lo que muchos estudiantes no acceden a consumir cine nacional.
El proyecto acercó no solamente a las películas en sí mismas sino también a actores, actrices, directores, y técnicos que forman parte de ese capital cultural que puede enriquecer a programas educativos.
La directora Carmina Balaguer, rescata gran parte de este espíritu en el documental “LA PANTALLA ANDINA” que luego de un gran recorrido por festivales internacionales (en Estados Unidos, Polonia, Turquía inaugurando además el 8º Festival de Cine de las Alturas en Jujuy), llega a la pantalla del Espacio INCAA Gaumont para poder disfrutar de este registro cinematográfico que ha quedado de una experiencia realizada en 2019 en la escuela más aislada de la provincia de Jujuy, a la que se llega luego de caminar durante más de 20 horas para recorrer el camino que une Tilcara con Yaquispampa.
Balaguer pone su cámara a disposición para registrar cómo el cine llega a Valles de Altura, quebrada mediante, a más de 3000 metros de altura, en una épica aventura del equipo de Cine Móvil Jujuy que transportará todos sus equipos sin que exista un carretera convencional sino deberá atravesar el recorrido por caminos de herradura y a lomo de mula.
Enmarcada en un paisaje extremadamente bello e inusual, “LA PANTALLA ANDINA” acompaña el paso a paso de la proeza que Silvina Velázquez, directora de esta escuela de montaña, ha emprendido con un gran esfuerzo para rescatar parte del acervo cultural que cada uno de sus niños tiene como derecho: conocer la magia del cine. Es muy tierno el hecho de que Asunción, miembro del equipo de Cine Móvil Jujuy les deberá explicar qué es el cine, previo a la proyección en pantalla grande de algunos cortos animados de Juan Pablo Zaramella (“Viaje a Marte” “Pasajero”) que se proyectan a sus seis niños estudiantes.
Además de la emoción y la novedad que les produce a estos niños una nueva experiencia, aparece también lo movilizante que es este proyecto para sus familias con las sensaciones y los recuerdos que comienzan a aparecer ligados de algunas preguntas sencillas como recordar la primera película que cada uno de ellos ha visto, ese primer contacto con el cine, con los relatos y los personajes. Rápidamente, cada uno de ellos comenzará a hablar de sus sueños, de sus propias historias y el mundo del cine comienza a hacer su efecto multiplicador.
Basta lo que dura este mediometraje para transportarnos completamente a una experiencia que nos es tan ajena pero que a la vez forma parte indivisa de nuestro patrimonio cultural y social. Es gracias a Silvina y a tantas otras personas con este fuerte sentido de compromiso, que estos proyectos que parecen imposibles, se materializan y estos sueños personales se cumplen.
Qué bueno también que haya cineastas como Balaguer con la cámara atenta y dispuesta a registrarlo todo, a dejar testimonio de estas pequeñas proezas algo olvidadas de las noticias que nos atraviesan en el cotidiano y que estos trabajos rescatan y ponen el valor.
Una experiencia deliciosa, bella, simple y entrañable.