Por Rolando Gallego
Inspirada en una historia real, Lucía Puenzo vuelve al cine con un relato doloroso sobre el poder, abusos y cómo el pasado, siempre, siempre, nos atrapa.
Mariel (Karla Souza) vive obsesionada con competencias, exigencias y vive por y para salir nuevamente campeona olímpica junto a sus compañeros del equipo nacional mexicano de natación. Así pinta al personaje central de La Caída, Puenzo, para avanzar, a medida que el relato progrese, en su transformación.
Cuando la madre de una joven incorporación al grupo, decide denunciar al entrenador por abuso a su hija, Mariel comenzará a entender que hay algo doloroso y cruel de su pasado, que debería resolver para continuar con su vida.
En La Caída, aquello que no se expresa verbalmente en el guion ni se muestra en el campo de la cámara, es tan importante como lo que sí se ve y se escucha, porque principalmente en esa dialéctica entre lo dicho y lo no dicho es que se vislumbra el desarrollo del tenso relato, filmado de una manera cruda y develando en detrás de escena de la configuración física y emocional de los deportistas de alto rendimiento.
Souza se entrega totalmente al personaje, retirando de su rostro cualquier histrionismo, compenetrándose en el dolor interior que aqueja a esta mujer y que en la negación de su entorno del infierno que reaparece se terminará configurando la potencia de su fuerza y valor para tomar una decisión clave.
La Caída está disponible en Prime Video