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Por Marcelo Cafferata

Básicamente “ELSE Y HENRY” es el diario de una historia de amor vivida por esta pareja cuando deciden mudarse a Rio Piedras, en Puerto Rico. Henry divorciado de su primera mujer, con la que ha tenido un hijo, decide dejarlo todo y dar rienda suelta a su pasión por Else y esta nueva posibilidad de vivir el amor.

La dramaturgia de la española Puy Navarro, se narra hábilmente en tres tiempos. En la actualidad vemos a un director de cine y su estrella, en una casa abandonada intentando contar la historia de amor allí vivida. Es justamente la historia de esta pareja, que, a su vez, como un juego de cajas chinas se cuenta a través de dos momentos diferentes: sus primeros tiempos, apenas se conocen y comienzan su vínculo, y después de muchos años juntos, cuando Else está atravesando por una dura enfermedad.

Tal como lo ha mostrado el cine con grandes directores como Alejandro Amenábar en “Mar Adentro” o las más recientes “Algunas horas de primavera” de Stéphane Brizé y “Todo ha ido bien” de François Ozon, el texto de Navarro aborda la difícil decisión del pedido de una muerte digna, para quienes después de intentar con diversos tratamientos invasivos se encuentran con que los  resultados no son los  esperados. La ciencia y la medicina insisten con nuevas posibilidades y el doctor que la acompaña desde hace tiempo les plantea una nueva oportunidad que podría generarse con la posibilidad de un transplante para el que Henry es incompatible.

Navarro instala con mucha poesía y sin ningún tipo de excesos dramáticos la tensión entre el deseo de Else de poder morir en paz pidiendo la posibilidad de una muerte asistida para abandonar ese cuerpo que ya no le responde, dejar de sobrecargarlo con medicamentos y tratamientos invasivos y, por otro lado, el deseo de Henry de seguir compartiendo el mayor tiempo posible juntos, cuidándola con una dedicación extrema, demostrando una vez más su amor por ella y su necesidad de seguir juntos.

Cada uno de los momentos de este tránsito doloroso, se  vinculan con aquellos tiempos de la juventud, cuando todo estaba por descubrirse y, en este sentido, la puesta en escena que propone la directora, logra un diálogo delicioso y fluido entre los propios personajes y su pasado, viéndose reflejados ellos mismos en sus recuerdos. La ternura que se desprende en escena cuando los Else y Henry maduros, se ven a sí mismos en el inicio de su pasión y en esos momentos compartidos cuando Puerto Rico era toda una aventura, realmente son un gran acierto. La creatividad de la puesta suma dos músicos en escena (Fito Lema e Ivo Sebastián, en un “complemento” que parece estar muy de moda en algunas propuestas actuales) y sobre todo brilla en las proyecciones que van completando la estética cinematográfico-teatral que propone Navarro, con un diseño de video a cargo de Laia Cabrera e Isabelle Duverger realmente exquisito.

Pero “ELSE Y HENRY” también recorre algunos caminos complejos sobre el vínculo con los hijos (Henry tiene la posibilidad de volver a tomar contacto con su hijo que dejó en Buenos Aires, después de mucho tiempo), sobre las decisiones de vida y la causa-efecto que producen a través del tiempo, el sanar algunas cuentas pendientes, hablar sobre el poder del amor y el dolor de aceptar la partida de un ser amado.

Alexia Moyano se muestra fresca y segura en la Else joven, acompañada de José María Gomez Samela como el Henry de aquel momento: pero el gran lucimiento lo tienen Marcelo Pozzi dándole vida al Henry más adulto y sobre todo el enorme trabajo de Silvina Katz con la fragilidad de Else atravesando este momento donde necesita pedir desesperadamente ayuda para dejar de sufrir. Ambos tienen la posibilidad de manejar las diferentes cuerdas que el texto les permite, pero Katz tiene una particular cadencia para poder llevar el peso dramático de la historia en el tono justo, sin estridencias y demostrando la imperiosa necesidad de ser escuchada en sus últimos deseos, para finalizar este padecimiento.

Tanto Pozzi como Katz se ponen al servicio de la puesta de Puy Navarro con una gran entrega, logrando momentos de gran belleza visual (el momento en que Henry le ayuda a Else a bañarse es de una gran dulzura y también sobresale una escena en la juventud, en el mar, con el simple recurso de una sábana blanca transportándonos a una playa donde hasta parece escucharse el ruido del mar) y se percibe una gran conexión entre ellos, logrando construir esos hermosos momentos de teatro, que vamos a buscar los espectadores, en cada encuentro.  

ELSE Y HENRY

Dramaturgia y dirección: Puy Navarro

Con Silvina Katz, Marcelo Pozzi, Alexia Moyano, José María Gómez Samela, Emiliano Barabino, Sol Cintas y Bautista Duarte.

TEATRO EL EXTRANJERO – Valentín Gómez 3378

Segunda temporada los miércoles a las 20 hs.

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