Tiempo de lectura: 3 minutos

Por Marcelo Cafferata

Ya con un interesante camino dentro del cine de género, Daniel de la Vega (“Punto muerto” “Necrofobia” “Al tercer día”) presenta en esta nueva edición del “Buenos Aires Rojo Sangre” su último trabajo, “EL ÚLTIMO HEREJE”, en donde además de volver a recurrir a una narrativa en donde entremezcla diferentes subgéneros, logra un resultado efectivo con un sólido elenco de grandes figuras junto a la precisión lograda en la puesta y en los rubros técnicos, con una gran definición estética y un cuidado trabajo de diseño de arte.

Todo arranca con una escena que conmociona: un joven encerrado en un cuarto asfixiante que decide quitarse la vida drásticamente y dará paso abruptamente a los títulos iniciales para pasar al centro de la acción, que será la historia de Juan Conte (Germán Palacios), un escritor consagrado que ha logrado una imponerse en el mercado editorial con ensayos en donde expone su falta de fe y su ateísmo.

Cuando sufre un infarto, en el hospital donde le salvan la vida mediante un trasplante de corazón, conoce a Miriam (Victoria Almeida), una enfermera que acepta una invitación y comienzan a entablar una relación basada en su admiración porque expresa tener la misma línea de pensamiento que aparece en sus libros. En la primera salida al cine que tiene la pareja, de la Vega plantea ciertos guiños cinéfilos (hay un afiche de “Misery” a la salida de la sala que oficia de premonición de lo que sucederá más adelante) y aparecerá un extraño personaje (una breve pero contundente aparición de (César Bordón), que aparecerá asesinado en extrañas circunstancias.

En “EL ULTIMO HEREJE” hay un giro absolutamente impredecible que subvierte el tono narrativo y el camino por donde se iba construyendo la historia. De pronto, el protagonista queda sumergido en una oscura en donde se ponen en tensión lo sacro y lo profano, la religiosidad versus el ateísmo, lo sacrificial,  la venganza y el fanatismo bordeando los límites de la locura, marcado en la puesta por una serie de símbolos paganos que van apareciendo en escena y que potencian este clima de fuerte impronta misticista.

Aún con algunos excesos dentro de los planteos y giros que va proponiendo la trama, el universo que logra crear  Daniel de la Vega con su concepto de cine de autor con el que encara sus producciones, va envolviendo a los personajes en un clima enrarecido, denso, profundamente perverso que se torna cada vez más siniestro a medida que avanza la historia, llegando a mostrar en pantalla algunas escenas realmente extremas que la cámara resuelve favorablemente y con un cuidado estético que no pierde aún en sus situaciones más fuertes.

Para que la historia funcione, el elenco hace realmente un muy buen trabajo y además de los secundarios de Gloria Carrá, Germán De Silva y Héctor Calori, el protagónico a cargo de Germán Palacios le posibilita una nueva oportunidad para que despliegue diferentes matices en un muy buen trabajo.

Para quienes la conocemos de su extensa trayectoria teatral sabemos de su ductilidad de poder hacer un musical, una comedia liviana o un drama profundo y en “EL ULTIMO HEREJE”,  Victoria Almeida se luce en un personaje complejo que exige ser explorado desde diferentes aristas: esa enfermera que busca una compañía y logra llamar la atención de Juan gracias a su dulzura y a una atracción por los temas que tienen en común,  cambia completamente ese registro de fragilidad y desamparo con el vuelco importante que da su personaje, en la segunda mitad del filme.

De la Vega continúa consolidándose como uno de los realizadores talentosos dentro del género y logra un sólido relato dentro de los cánones del género, siempre aportando su mirada que va construyendo a través de su filmografía con una especial marca de autor.

Compartir en: