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Por Marcelo Cafferata

LOS CONVENCIDOS

Competencia Oficial Argentina

Una de las cosas que sorprende profundamente del cine de Martín Farina, el fundador de la productora Cinemilagroso y estrecho colaborador en el cine de Marco Berger,  es su posibilidad de mutar y convertirse en “otro” en cada uno de sus proyectos. Basta recorrer su filmografía y ver que puede pintar de cuerpo entero a un cinasta comprometido y absolutamente independiente como Raúl Perrone en “El Profes1on4l”, meterse con su cámara dentro de una concentración de futbolistas y recorrer su intimidad en “Fullboy” o acompañar en una exploración única e íntima de la filósofa Esther Díaz y su mirada del posporno en “Mujer nómade”.

Salta de su ultimo trabajo “El Fulgor” en 2021, un relato de colores, cuerpos y miradas en la fiesta provincial que significa el Carnaval de Gualeguachú donde la fuerza de la imagen opaca a las voces, a este nuevo trabajo “LOS CONVENCIDOS” en donde el peso de la palabra es el eje fundamental con el que se describen cada uno de los personajes. Son cinco situaciones que se construyen a lo largo de un poco más de una hora que dura el filme, para mostrar el exceso discursivo, el placer de la esgrima verbal, el debate apasionado no importa cuál sea el tema y la posibilidad de convencer al otro y esgrimir la razón como trofeo de guerra.

Aparecen teorías, hipótesis, posturas, líneas de pensamiento; todas de las más variadas gamas y puntos de vista. El único hilo conductor que conecta las cinco historias es esta desbordada verborragia a la que Farina presta su cámara para poder articular desde cada uno de sus discursos, los retratos de estos argumentadores seriales que intentan convencer a los interlocutores usando las estrategias más nobles que nos regala el poder de la palabra.

“El plan” “El aviso” “El hijo” “El acuerdo” y “El amor” son los cinco capítulos en los que Farina divide su tesis de investigación a la que presta su cámara inmersa en un espacio cerrado y un brillante blanco y negro que retrata cada uno de los personales.

Hay una adolescente que con un pizarrón a través de una videollamada intenta convencer a su amiga de entrar en un negocio de inversión piramidal que le permitirá sustanciales ingresos en tiempo récord. Hay lugar para un hijo cuarentón con su madre que, mientras arregla la cocina, debate sobre políticas económicas, el gobierno de Macri y la complejidad de los mercados mientras le pide dinero prestado para cubrir sus baches financieros.

Algo más tenso y profundo, a pesar de que Farina en ningún momento toma una postura moralista o sentenciosa, es el tercer relato que se centra en un encuentro de compañeros del colegio secundario en donde aparece como tema en común la represión sexual en el colegio de Cursa, los abusos a la intimidad, las insinuaciones y el acercamiento a otros varones, signado por el universo adolescente de aquel momento.

Después de un partido de fútbol un grupo de amigos se hace el espacio de debatir sobre el capitalismo, la falta de moral y la lábil postura ética del creador de McDonald’s mientras recuerdan fragmentos de Michael Keaton protagonizando “Hambre de Poder / The founder” basada en la historia de Ray Croc en pleno ascenso social en los años ’50.

Por último, llega el relato más entrañable y plagado de guiños cinéfilos y vinculados con el arte en el debate del dibujante Sergio Langer en su grupo de amigos, discutiendo desde los puntos de vista tan contrapuestos de la “Roma” de Cuaron insulflada por Netflix y lo disruptivo de la presencia de “La Ciéngada” de Lucrecia Martel en un momento absolutamente bisagra del cine nacional.

Lo interesante de la mirada de Farina es poner la cámara al servicio de los “discutidores”, como un elemento más que participa del debate, lo registra y nos permite poder espiar a cada uno de ellos, pero lo hace sin tomar partido, sin juzgamientos, sin una postura ni una militancia desde su rol de director, sino que deja que la palabra fluya, que encuentre en cada uno de ellos la pasión de la argumentación y la expresión de las propias ideas en ese ámbito de reflexión acalorada que tienen en común todos sus protagonistas y que hace al centro neurálgico de este nuevo trabajo.

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