
Por Marcelo Cafferata

EL FUEGO QUE HEMOS CONSTRUIDO
Noches Especiales
Luego de su ópera prima “Congreso”, Luis Fontal presenta en BAFICI, su último trabajo, “EL FUEGO QUE HEMOS CONSTRUIDO”, una película que se atreve con temas tan actuales como la adopción dentro de las parejas homosexuales, el deseo de ser padres, la maternidad, la subrogación de vientres, la desisión frente a la interrupción del embarazo y, sobre todo, las nuevas formas de concebir a una familia, las que cada vez más, se alejan del esquema tradicional.
Fontal, quien está a cargo del guion junto con Ezequiel Tronconi (uno de los protagonistas) enfoca tanto desde la narrativa como desde la dirección, una mirada absolutamente libre de prejuicios –sin juzgar ninguna de las decisiones de sus personajes-, dejando que se muevan a partir de sus propios deseos como también mostrando sus contradicciones , buscando un equilibrio que cuesta que aparezca, pero que siguen esforzándose para encontrarlo y llegar a cumplir su deseo, sin necesidad de perjudicar al otro.
Ante el fuerte deseo de ser padres, Andy y Fran le ofrecen a Mora la posibilidad de realizar una subrogación de vientre. Lo que, en un principio, parece una decisión firme sobre la que Mora no tenía dudas, comienza a despertar en ella sentimientos tan contradictorios como el deseo de no finalizar ese embarazo o la posibilidad de no dar tan libremente en adopción a su bebé, permitiéndose la idea de maternar con el impacto directo que cada una de estas decisiones tenga en los otros protagonistas, pero más aún en Mora quien lleva el hijo en su vientre.
Los temas que se convocan en “EL FUEGO QUE HEMOS CONSTRUIDO” no son temas sencillos, sin embargo el guion de Fontal y Tronconi, los hace fluir con sencillez y naturalidad. Empatizamos rápidamente con los tres personajes de la historia y los acompañamos en esta búsqueda de un nuevo status quo familiar con una forma de contar la historia sin diálogos con sentencias morales o declamaciones sino que por el contrario, ellos vibran espontáneamente y se presentan absolutamente auténticos.
El disparador inicial es el arrepentimiento de Mora de continuar el embarazo y, tras un intento de aborto fallido, Fran y Andy le ofrecen cuidar de ella y del futuro bebé, albergándola en su casa. La convivencia borra algunos límites de intimidad y, aún sin quererlo, comenzarán a invadir sus zonas privadas y tener ciertos chispazos propios de compartir un mismo espacio donde se presentan ciertas tensiones dentro de este nuevo “equilibrio familiar”.
Otro de los pilares de este trabajo es la excelente química entre sus tres protagonistas y el nivel actoral tan homogéneo que permite abordar el relato desde cualquiera de los tres puntos de vista. Ezequiel Tronconi habita cada uno de los matices que le permite su personaje y regula las tensiones frente a esa inminente paternidad.
Andrés Ciavaglia trabaja un registro completamente diferente al que estamos acostumbrados a ver en pantalla, alejado de sus tonos de comedia de “Tampoco tan grandes” “Recetas para microondas” o su participación en “Ascenso y Caida del Chop Chop Show” y logra una composición notable, manejando el volcán interno frente a todas las incertidumbres que van apareciendo, sin desbordes y pudiendo sintetizar en una mirada o en un gesto simple, toda la emocionalidad que le provoca este momento de cambio e incertidumbre.
Verónica Intile está realmente hermosa en pantalla, además de darle a Mora una sensibilidad especial y dejarse atrapar por las contradicciones de su personaje. Para completar este sólido elenco, la participación de Marcelo Subiotto suma otro gran trabajo.
“EL FUEGO QUE HEMOS CONSTRUIDO” es una de las gratas sorpresas del Festival que aporta diferentes capas, miradas diversas y presenta temas que van a quedar instalados en cada espectador, mucho después que finalice la película.