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Por Marcelo Cafferata

Dentro de la plataforma www.cine.ar/play, la cartelera se renueva con un nuevo documental. En esta ocasión, Nazareno Guerra presenta “PRIMARIO”, un trabajo que mezcla las experiencias personales, una particular mirada sobre la educación y fundamentalmente sobre la escuela primaria católica, narrada dentro del marco político de la época.

Este derrotero personal está marcado a través de todo el documental, por un proceso de apostasía que lleva a cabo el propio Guerra en donde expresa su voluntad de no seguir formando parte de la iglesia católica. Desde allí, recorrer su pasado y revivir cómo se veía en aquella primera infancia y cuando irrumpe la adolescencia, a una religión que durante todo ese período, ha marcado e influenciado la vida de Nazareno y de sus compañeros de colegio, que también prestan testimonio e ilustran su trabajo.

Desde su clip de presentación, “PRIMARIO” ya asume la mezcla de elementos de la religión y de la escuela primaria, desde útiles escolares como los lápices, crayones y elementos de geometría, combinados con biblias, estampitas o un diccionario. Desde allí, Guerra se propone deconstruir todos esos mitos que aparecen cuando hablamos de educación pero, por sobre todo, cuando hablamos de religión que atraviesa la educación primaria católica.

Para trascender el mero relato personal a partir del que se inicia y que oficia de puntapié para que Guerra comience a plantear sus inquietudes, el documental nos ubica en tiempo y espacio: la escuela primaria entre 1989 y 1995, en pleno desarrollo del gobierno menemista y sus políticas económicas. De esta manera, no solamente el relato personal se transforma en un manifiesto colectivo de toda una generación, sino que inteligentemente se suma este atravesamiento del contexto político tan particular de nuestro país que permite, por ejemplo, encuadrar y dar sentido a ciertos momentos que Guerra analiza a través de sus grabaciones caseras en VHS o en los propios videos que quedan como recuerdo del colegio primario filmado por el fotógrafo contratado por la Escuela.

Fotos, videos, filmaciones, objetos icónicos del periodo escolar, se dan cita para ir dando una nueva mirada desde el hoy a aquellos recuerdos y vivencias que marcaron un estilo de vida de la época y una forma especial de entender la educación dentro de la doctrina de la iglesia.

Guerra se detiene en algunos de los más importantes “ritos de pasaje” que marcan algunos hechos sobresalientes por los que se atraviesan / atravesaban en la escuela primaria. Desde las fiestas escolares y el juramento a la bandera – que visto a la distancia remite más a una película como “La Ola” que a un juramento de lealtad a la insignia patria-, pasando por la Comunión como el sacramento más importante que aparece como hito fundamental durante la niñez, hasta los campamentos o excursiones y salidas escolares, donde aparecen todos los elementos típicos de esa escuela primaria y sobre todo el viaje de egresados, quizás el pasaje más icónico despidiendo a la niñez y marcando fuertemente un momento de entrada en la adolescencia.

Tanto Guerra como sus compañeros de colegio de aquel momento, hablan desde el hoy con una mirada tierna pero también comprometida y critica de los momentos vividos en plena década del noventa. Una década en donde hemos escuchado a Quarracino sostener que la homosexualidad era un “desvío de la naturaleza” o donde las clases de gimnasia en el colegio parecían ser el único momento en donde los alumnos se podían expresar con un cuerpo en movimiento, contrario a la rigidez y la tensión que se respiraba en el resto del colegio.

La Iglesia, como órgano de poder, traza ciertos lineamientos no solamente dentro de la educación en si misma sino mediante la construcción de una concepción sesgada que no atiende a una realidad social del momento. En este colegio de varones, Guerra y sus compañeros viven un desarrollo de su sexualidad censurada, parcializada, y quizás en este punto aparezcan, con poco pudor y con mucho desparpajo, anécdotas entrañables de aquella época que vistas desde el hoy, reparan lo traumático de aquel proceso donde se nadaba entre la incertidumbre, la confusión y la información completamente equivocada transmitida entre el grupo a modo de “teléfono descompuesto” y desapegada de toda realidad.

Nazareno Guerra apuesta a lo simple, a que algunas de las imágenes y los relatos de sus compañeros hablen por sí mismos y vayan tejiendo una mirada que no elige subrayados ni bajadas de línea, sino que se nutre de las propias vivencias y de los momentos compartidos para describir ese periodo tan particular que de alguna manera u otra nos convoca a todos, con el sólo nombre de la escuela primaria.

PRIMARIO” respira esa camaradería propia de los momentos inolvidables vividos durante la niñez y los que se vivencian frente a la despedida de una etapa profunda e íntima, sumando el particular contexto del clima menemista en donde la educación religiosa ganaba peso y poder, proceso que ahora queda en manos de esta generación, ya adulta, de poder revisar y rearmar la propia historia.

POR QUE SI:

» Nazareno Guerra apuesta a lo simple «

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