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Por Marcelo Cafferata

En ocasión de la entrega de los premios GOYA de este año, repasamos algunas de las películas nominadas de esta entrega.

AS BESTAS 

de Rodrigo Sorogoyen – 17 Nominaciones

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Una pareja francesa se instala en el apacible ambiente rural en un pueblo gallego. No solamente serán (mal)tratados como los forasteros y costará, a pesar del tiempo que llevan instalados, que se los considere vecinos sino que además desatarán una espiral de violencia cuando decidan no dar el voto positivo para firmar un acuerdo para que una empresa de energía eólica se instale en esas tierras.

La tensión va absolutamente in crescendo y Sorogoyen se toma todo el tiempo necesario para que el clima asfixiante y perturbador crezca, respirándose un aroma a tragedia desde las primeras escenas. La escalada rivalidad crece y crece con una tensión extrema entre “el franchute” (un trabajo de Denis Ménochet que por momentos corta la respiración y parece otro cuando encuentra la serenidad junto a su pareja) y sus vecinos, los hermanos nacidos y criados en esas tierras (a cargo de Diego Anido y una brillante composición de Luis Zahera) que llegan a límites insospechados.

No hay buenos ni malos porque cada uno tiene sus razones para dar rienda suelta a sus pulsiones: los sucesos provocan que la situación se desboque y que no encuentre tampoco ningún límite o contención por parte de la autoridad (la policía parece completamente apática, desdibujada y ajena en su rol).

Cuando la historia parece haber llegado a su clímax, Sorogoyen sabe pegar un volantazo en su punto de vista y hace crecer inmensamente a Marina Foïs (la mujer de “el franchute”) con escenas destacables frente a la visita de su hija y su fuerte toma de posición frente a los tremendos acontecimientos.

De esas películas que se ven con un nudo en el estómago y son el fiel reflejo de la violencia contenida, aún en esos lugares como las pequeñas poblaciones rurales que muchas veces son pintadas por el cine con pinceladas de idilio.

LOS RENGLONES TORCIDOS DE DIOS

de Oriol Paulo – 6 Nominaciones

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Oriol Paulo (“Contratiempo” “El Cuerpo”) adapta la novela de Torcuato Luca de Tena y logra –a pesar de que cierto sector de la crítica ha visto con muy malos ojos algunos giros intempestivos del guión que pueden tildarse de poco creíbles- un thriller trepidante, con varias vueltas de tuerca inesperadas (demasiadas?) y que, por sobre todo, está filmado con gran estilo y con un elenco soberbio.

Paulo sabe que la clave está en sembrar la ambigüedad, teñirlo todo de un ambiente sugestivamente noir  y volver a nadar sobre las aguas del thriller psicológico que tan bien le sienta en su filmografía.

Alice (otra gran actuación de Bárbara Lennie) tiene en su poder el centro de la narración: todo comenzará cuando ella ingrese a un hospital psiquiátrico para investigar el supuesto suicidio de un joven, trabajo por el que ha sido contratada por el padre de la víctima. El psiquiátrico será el ambiente ideal para que Paulo despliegue zonas de oscuridad y confusión, invite a mezclar realidad con imaginación incluyendo el complejo terreno de la locura. Como un gran mago frente a sus trucos de ilusionismo, utilizará todas las herramientas propias del género con flashbacks que redefinen situaciones, actos que resignifican lo que ya hemos visto y múltiples giros y sorpresas, que en algunos casos pueden parecer sobreabundantes.

Pero Paulo lo hace muy pero muy bien.

EN LOS MÁRGENES

de Juan Diego Botto – 5 Nominaciones

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En su ópera prima, el actor Juan Diego Botto cuenta con la potencia de las interpretaciones de Penélope Cruz y de Luis Tosar, para contar con cierto costado coral las desventuras sufridas por aquellos que están a punto de perder su vivienda por los desalojos ante las imposibilidades financieras de cumplir con sus obligaciones.

Aún con cierto esquematismo previsible dentro de la trama, Botto los acompaña y pone el ritmo de la historia al servicio de una realidad social que ha golpeado a toda Europa y también lo ha hecho en España. Nuevamente Penélope Cruz se pone en la piel de una trabajadora (lejos de todo el glamour y su carisma de femme fatale) y logra una composición brillante al lado de un Luis Tosar que,  últimamente, parece no tener ni uno sólo de sus trabajos con la más mínima fisura.

Ambos respiran sensibilidad y realidad en sus personajes, exponen sus partes más vulnerables y allí está lista la cámara de Botto para humanizarlos y poner su historia al servicio de lo que el cine muchas veces se resiste a mostrar. Quizás queriendo abarcar demasiados temas al mismo tiempo, pero logrando sembrar correctamente el abanico de historias, el guion también deja espacio para reflexionar en una historia de vínculos “adoptivos” (Luis Tosar con su hijastro), las viviendas sociales, los problemas económicos y la falta de empleo además de algunos de los efectos producidos por las corrientes inmigratorias.

Claramente Tosar, Cruz, Aixa Villagrán y Adelfa Calvo levantan el nivel de un guion que podría haber trazado la historia con mayor sutileza y profundidad, pero que de todos modos, arman un fresco valioso e interesante que pone la realidad social en la pantalla.

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