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Por Rolando Gallego

Salas llenas, las olas, el viento y el sucundún (perdón el viejazo) constituyen el marco ideal para ver nuevas propuestas. En estas bitácoras diarias anotaremos algunas impresiones, preliminares, sobre cada película que veamos.

GUILLERMO DEL TORO’S PINOCHO

¿Como reinventar un clásico? ¿Cómo borrar del imaginario una versión que se transformó en ícono y que perdura por generaciones? Pues bien, en una de las más bellas adaptaciones del clásico de la literatura italiana, la respuesta llega con un contexto inesperado, el de la guerra, con Musolini haciendo de las suyas por ahí.

Del Toro nos emociona, nos conmueve, nos hace llorar hasta el hartazgo con una versión tan potente que no importa que ya sepamos el devenir del protagonista, necesitamos, igualmente, saber qué va a pasar en el difícil camino de convertirse en humano. A la animación, impecable, se le suma un dream team vocal que refuerzan las emociones y sensaciones que el guion enunciaba.

UN BEAU MATIN

Lea Seydoux se entrega a Mia Hansen Love para desandar los pasos de una mujer perdida entre cuidados de su padre e hija, una relación que no avanza, y algunas decisiones que debe tomar para seguir adelante.

De profesión traductora, no es casual que ese oficio, también, la ubique en un lugar de mediación entre su entorno y los demás, el que, en los últimos tiempos la expone a una sensibilidad extrema que, tal vez, no le permita tomar decisiones sanas para su vida.

DURO DE MATAR

La visita de John McTiernan es la excusa perfecta para revisitar este clásico del cine de acción con rusos, drogas, tecnología obsoleta y uno de los más poderosos héroes que el cine de Hollywood supo construir.

De avanzada el empoderamiento de la mujer de McClane (Bruce Willis), un personaje anómalo para el cine de esa época, pero que hoy recobra fuerza a la hora de una mirada de género minuciosa. Un villano de antología y escenas imborrables, continúan demostrando el caracter inoxidable de la propuesta.

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