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Por Marcelo Cafferata

Parece que Lucía Seles viene destinada a romper todos los récords. Estrenó en un lapso muy breve de tiempo y atravesados por la pandemia, cuatro obras de teatro “Si iu tomorrow incendiary” “My Hurlingham” “La casa de Alba Torrens 16” y “The Pall Mall Twins” que ya desde sus títulos, su temática y su dramaturgia invita al juego de mezclar idiomas y faltarle el respeto a la ortografía, el que vuelve a estar presente en su cine.

Como si estuviese dispuesta a quedar inscripta en algún libro Guiness, Seles estrena tres largometrajes en la edición de BAFICI de este año que forma parte de la llamada “trilogía del tenis”. Pero apenas investigamos un poco más su trayectoria ¿Lucía Seles es Diego Fernández?

Sea Lucía o Diego haciendo gala de su seudónimo, lo cierto es que la primera parte de esta trilogía “SMOG EN TU CORAZÓN” recuerda por momentos a las bandas de amigos del nuevo cine nacional que supimos ver en el cine de Ezequiel Acuña, Matías Piñeiro o Martín Piroyansky. Ahora es el turno de este quinteto comandado por Seles, que interactúan con una poesía que va apareciendo en pantalla con un spanglish que no respeta ninguna regla en particular: como tampoco lo respeta su cine.

Los personajes mantienen diálogos hilarantes, muy creativos, con una mirada diferente del ritmo de la comedia en torno a unas canchas de tenis que explota comercialmente uno de los amigos y es el lugar obligado donde se dan cita.

Para que todo funcione a la perfección, Selles cuenta con un elenco de actores que ya son como los fetiches de su carrera y no solamente dan vida a los personajes de esta trilogía sino que la han acompañado en sus puestas teatrales. Ellos son: Martín Aletta, Gabriela Ditisheim, Laura Nevole, Pablo Ragoni, Ignacio Sánchez Mestre quienes forman un equipo ajustado y calibrado que conoce el  tono exacto de Seles para que el grupo suene afinado.

Laura Nevole está a cargo del personajes de la profesora de tenis que no quiere que la llamen ni así ni por su nombre sino simplemente como “la tenista”, una criatura realmente desopilante con brillantes líneas de diálogo que aprovecha a la perfección, generando además esa ruptura entre diálogos delirantes y una personalidad estricta y puramente mental.

Como un gran partido de tenis permanente, los diálogos tienen devoluciones rápidas y precisas, donde cada uno de los personajes pugnan por ganar el saque: hay amores cruzados, silenciados, ocultos, devaneos sobre el clima laboral, sus proyectos, sueños y obsesiones personales y una historia pendiente que sigue, en el próximo capítulo, en “Saturday Disorders”. Ahí nos vemos!

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