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Por Marcelo Cafferata

Hace ya diez años, Celina Murga se acercaba al cine documental con “Escuela Normal” filmado en la Escuela Normal Superior José María Torres, en Paraná (Entre Ríos), el colegio donde ella había cursado sus estudios secundarios, para retratar con su cámara las elecciones de un consejo estudiantil dentro de esta institución enmarcándolas a través de diferentes acontecimientos de un año lectivo.

Alejandro Hartmann ahora con “EL NACIONAL” vuelve con una propuesta similar filmada en el Colegio Nacional Buenos Aires, durante el ciclo lectivo 2018, que ha sido el del último mandato de Gustavo Zorzoli como rector, presentando uno de los documentales más sólidos de la competencia oficial nacional.

Ingresamos junto con los alumnos al establecimiento para iniciar el primer día del ciclo lectivo 2018: la cámara, mientras Zorzoli da su discurso, descansa en los rostros de los alumnos ingresantes que poco a poco se irán mezclando con sus compañeros, hasta mostrar a los más “antiguos” del Colegio, los que este año se despiden de su escuela secundaria.

Juntadas en la puerta, salida del colegio, la rivalidad entre cuarto y quinto año, algunos estudiantes durmiéndose en clase o las discusiones de los grupos estudiantiles sobre temas que los convocan como por ejemplo el protocolo de género, son postales cotidianas que la cámara de Hartmann va retratando hasta hacerse invisible, haciéndonos olvidar rápidamente que hay todo un equipo de filmación detrás de esas imágenes, que fluyen espontáneas y naturales.

Así iremos acompañando los procesos que se viven en un año tan particular donde habrá elecciones para un nuevo rector y entre algunos de los hechos que acontezcan, hay una Asamblea que moviliza a los estudiantes y organiza una toma a favor del aborto legal, seguro, gratuito; aun cuando las cadenas en las rejas les impedían el ingreso.

Movimientos con mujeres empoderadas a la cabeza, discusiones de género y un espacio de diversidades sexuales,  van desplazando antiguos  arquetipos para dar lugar a discusiones sobre nuevas masculinidades, construyendo un espacio plural e inclusivo que alberga a un grupo de estudiantes sumamente heterogéneo y con diferentes posturas.

En un fragmento de noticiero o en la visita de un ex-alumno queda evidenciada esa evolución que “EL NACIONAL” ha tenido durante estos años (pensar que era un colegio de varones solamente con profesores hombres) y Hartmann logra penetrar en ese espacio geográfico único, que describe con lujo de detalles.

El discurso de asunción de Valeria Bergman (la nueva rectora a partir de 2019), es tan similar al que presenciamos al inicio que la elipsis es perfecta, pero deja un sabor amargo, quizás todo este movimiento no signifique el cambio profundo que se busca, ese que los estudiantes están clamando día a día. 

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